El G20 ha dado la voz de alarma sobre la falta de inversión en el mundo, con niveles especialmente preocupantes en Europa. El nuevo fondo europeo para las inversiones estratégicas, que la UE quiere tener listo para junio, es precisamente la cura para atraer sobre todo inversores privados para impulsar así el crecimiento en los 28 miembros.
Sin embargo, a la iniciativa bandera del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, le ha surgido desde Asia un poderoso rival, el nuevo Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras, que puso en marcha el pasado año China.
La iniciativa, con 50.000 millones de capital, fue puesta en marcha por el presidente chino, Xi Jinping, no sólo para reforzar su influencia en la región, sino también para plantear un sistema financiero alternativo al de Bretton Woods. El surgimiento de este instrumento ya provocó los recelos de EEUU.
Pero su atractivo es tal que las tres principales economías de la Eurozona (Alemania, Francia e Italia) han anunciado su participación, con una implicación incluso más estrecha que en el nuevo fondo europeo. Así, estos tres países se convertirán en accionistas del nuevo banco liderado por China, mientras que en el caso del plan Juncker rechazaron la invitación a aportar capital al fondo, y sólo contribuirán a través de sus bancos de desarrollo nacionales en proyectos concretos dentro de sus fronteras, o plataformas conjuntas de inversión.
Más aún, el Reino Unido, la principal economía de la UE fuera de la eurozona, se ha convertido en el primer socio occidental en sumarse al nuevo banco de desarrollo asiático. Sin embargo, el Gobierno de David Cameron sigue sin dar ninguna indicación de querer arrimar el hombro con el fondo europeo. "Es una decisión soberana", justificó ayer una portavoz comunitaria, sin entrar en más detalles.
No se percibe como amenaza
A pesar del poder de atracción del nuevo instrumento chino, desde la Comisión y el Banco Europeo de Inversión (BEI) no lo consideran como una "amenaza" para el nuevo fondo de inversión europeo. Una portavoz comunitaria valoró el aumento de la inversión en Asia en infraestructuras, ya que también abre "oportunidades de negocio" para empresas europeas en la región.
Respecto a la prioridad dada por el Gobierno británico al fondo chino, en lugar del europeo, fuentes comunitarias explican que en el actual clima preelectoral británico, Cameron no quiere dar "ninguna señal" de que se está moviendo más cerca de la UE. Otras fuentes europeas recuerdan que el Reino Unido no tiene hasta ahora un banco de desarrollo como el de otros socios europeos, y que ha sido el vehículo utilizado por las capitales para canalizar su participación. Los líderes de la UE pedirán precisamente mañana reforzar la coordinación entre el BEI y los ICO nacionales.