
Si alguna vez ha abierto un ordenador, se habrá encontrado con un entramado de cables unidos a una especie de tablas oscuras llenas de cosas de colores. Algo parecido, aunque en miniatura, hallará si desmenuza un telefóno móvil. Y si abre dos de los modelos estrellas de los últimos años, la Blackberry o el iPhone, uno de sus chips/intestinos llevará grabada la marca de Marvell Technology, la compañía en la que se fija el Detector de Tesoros de elEconomista.
Esta estadounidense, cotizada en el mercado tecnológico Nasdaq, ostenta un valor bursátil superior a los 10.000 millones de dólares y es una de las pocas alumnas ventajadas que logró sorprender a las firmas de inversión con los resultados de su primer trimestre fiscal. Los presentó el 30 de mayo y, desde entonces, le ha llovido una oleada de revisiones alcistas de valoración, permitiendo que sus acciones se quedaran al margen de los descensos sufridos por los parqués en ese periodo.
Lo mejor para los inversores que se hayan quedado fuera es que su potencial alcista supera, a pesar de la resistencia demostrada en los últimos meses, el 20 por ciento y que los analistas prevén que sus beneficios crezcan de forma constante en los próximos ejercicios, aunque en 2007 sufrió unas pérdidas de 144 millones de dólares, aunque sí obtuvo un beneficio bruto de explotación (ebitda) positivo y creciente respecto al ejercicio anterior, que superó los 300 millones de dólares.
De acuerdo con los datos del consenso de firmas de inversión, los números positivos regresarán en materia de beneficio neto en 2008, ya que prevén que se embolse 400 millones de dólares. Una cifra que se incrementará a 507 millones un ejercicio después.
No obstante, por el momento, no se espera que esta tecnológica reparta dividendos.