
Standard and Poor's (S&P) pasa por alto las recomendaciones del BCE y el Banco de España. La agencia de calificación crediticia espera un incremento en la política de dividendos debido a la acumulación de capital en el sistema.
Un escenario que contrasta con el mensaje de prudencia que han lanzado tanto el BCE como el Banco de España. Ambos organismos comparten la idea de que las retribuciones de los bancos de la Eurozona dependan del capital que éstos tengan en sus balances y no de los beneficios. Esta visión conservadora tiene como fin de reforzar la seguridad y la solvencia del sistema bancario.
En esta línea, S&P prevé una mejora de los beneficios de la banca española en 2015 apoyada en una reducción del coste de crédito, a pesar de una rentabilidad operativa neta relativamente estable. La agencia ha destacado que es "bastante evidente" que se está saliendo de la crisis, ya que el entorno económico español es positivo, con un crecimiento del PIB del 1,4% en 2014 y un avance medio del 2% hasta 2016. "No es un crecimiento muy acelerado, pero sí bastante sólido que hará que el sector financiero se apoye en él", ha dicho.
Estabilización de los precios de la vivienda
A este crecimiento se une una ligera estabilización de los precios de la vivienda y una mejora del mercado inmobiliario residencial, lo que beneficia a las entidades bancarias, ya que reduce sus entradas en mora. En este sentido, S&P calcula que las provisiones se irán reduciendo en los próximos ejercicios para llegar a 2016 en niveles normalizados.
Los expertos de S&P advierten, además, de que se tarda mucho tiempo en limpiar los activos problemáticos del balance de las entidades, ya que no es un proceso rápido, y apuntan que si la recuperación económica se ralentiza, esto se convertiría "en un problema mayor" para las entidades.
Las menores provisiones apoyarán una mejora de los resultados, que crecerán por el menor coste del crédito. Asimismo, permitirán la acumulación del capital en el sistema y una mejora en la política de dividendos de las entidades, que podrían llegar a pagar entre el 35% y el 40% de sus beneficios como retribución al accionista en los próximos años.
Según sus estimaciones, las entidades españolas podrían obtener 14.000 millones de euros en beneficios antes de impuestos y sin extraordinarios en 2015, un 25% más que en 2014. No obstante, no esperan que el sistema alcance un beneficio neto operativo de niveles precrisis (entorno a los 20.000 millones de euros) hasta finales de 2016.
S&P augura que el crédito se mantendrá todavía en negativo, con niveles del -1% en 2015 y en un entorno de tipos de interés bajos. "Es probable que los créditos problemáticos hayan alcanzado su punto máximo en 2014 y que el coste del crédito continúe disminuyendo a lo largo de este año y el próximo, acercándose a niveles normalizados a finales de 2016", señala el informe.
Reforzarse con instrumentos híbridos
Los bancos también buscarán reforzarse con instrumentos híbridos en un contexto en el que se está implementando la Directiva Europea de Resolución y Recuperación Bancaria. Mientras, las emisiones en mercados minoristas serán todavía bajas.
S&P maneja un mensaje bastante positivo, aunque no exento de riesgos que llegan por unas expectativas de crecimiento inferiores a las previstas y por una falta de compromiso con los objetivos fiscales y económicos en un año de elecciones autonómicas y generales.
"Una economía española más débil probablemente disminuiría la velocidad con la que los bancos reduzcan sus todavía importantes carteras de activos problemáticos y que las entidades reestructuradas se consoliden como actores rentables con una cultura de gestión de riesgos fortalecida, lo que frenaría la recuperación del sector tras la crisis", advierte el informe.
No contempla una salida de Grecia
En cuanto al futuro, la agencia de calificación crediticia no contempla la salida de Grecia del euro, pero señala que si los mercados perciben que la Unión Europea no es estable, esto podría tener impacto en lo que consideran su escenario base y habría que revisar la evolución de los bancos.
Tampoco prevén operaciones corporativas en el mercado doméstico, ya que la reestructuración ha sido muy amplia. "Salvo (la venta de) Bankia, no pensamos que vaya a haber grandes movimientos de consolidación ni que haya grandes cambios", ha dicho Cruz.
Sin embargo, sí que cabría la posibilidad de que se realizara alguna operación transfronteriza entre entidades "grandes y consolidadas", aunque primero es necesario que se completen algunas cuestiones regulatorias a nivel europeo.
Finalmente, los expertos de S&P creen que los bancos españoles no tendrán necesidades de acudir a los mercados "de forma significativa" en este ejercicio y precisan que, en el caso de que lo hagan, su decisión estará motivada por el apetito inversor o por las buenas condiciones del momento. "Se verán más emisiones conforme vaya mejorando Europa", han destacado.