Empresas y finanzas

Algunas claves para controlar el consumo de luz y reducir la factura

En estos últimos años de crisis económica, el recibo de la luz ha experimentado un incremento de un 63%, entre 2008 y 2013. Si tenemos en cuenta el escalofriante dato que afirma que el recibo de la luz ha subido, desde comienzo de 2015, un 10%, es hora de tomar las medidas adecuadas que ayuden a no encarecer más la factura. Si no disminuirla, o por lo menos mantenerla al consumo habitual de cada hogar. Descárguese la revista Consumo de elEconomista.

Ahorrar electricidad es una actividad cada vez más importante. Una recomendación apropiada para los consumidores es llevar a cabo una comparativa de los precios y los servicios que ofrecen varias empresas y leer atentamente el contrato antes de decidirse por una nueva oferta. Cambiar de proveedor permite resultados asombrosos.

Según un análisis de la web de ahorro, Kelisto.es, con esta acción es posible ahorrar hasta unos 170 euros anuales. Para ello se pueden utilizar aplicaciones como el comparador de la página web del regulador. Es necesario diferenciar precios y servicios de al menos dos o tres empresas diferentes. Las organizaciones de consumidores o las oficinas de las comercializadoras de atención al consumidor ayudan a despejar cualquier mínima duda.

Otra de las medidas es ajustar la potencia contratada según las necesidades de cada hogar. Aunque no es un porcentaje significativo, uno de cada 100 hogares españoles ha reducido su potencia eléctrica. Con ello el ahorro medio que se puede llegar a conseguir es de 50 euros mensuales. Es una práctica tan fácil como asegurarse de si saltan o no los plomos en el hogar al poner en marcha conjuntamente los electrodomésticos. Si no salta, ya sabe, quizá tiene contratada más potencia de la que realmente necesita en su día a día.

Y, ¿cuántas veces nos han dicho nuestras madres que apaguemos el ordenador cuando se acaba de utilizar? Ellas, como buenas reguladoras del gasto del hogar son unas expertas conocedoras del ahorro en luz que supone desenchufar todos los aparatos eléctricos que no se estén utilizando. Un gesto tan sencillo como éste reduce el consumo y, como consecuencia, el gasto en unos 50 euros al año, aproximadamente. Aunque parezca una cantidad ínfima, no está de más, ya que sólo requiere el esfuerzo de acostumbrarse a hacerlo.

Del mismo modo, no cuesta un gran esfuerzo ver si las todas las luces de la casa están apagadas antes de salir a la calle. Como se puede observar, es un tema más de hábitos que se pueden abortar fácilmente.

También recordemos que la tecnología avanza cada día más y más. La apuesta de las grandes compañías de electrodomésticos en cuanto a fabricar aparatos y bombillas de bajo consumo está de moda. Pueden ser un poco caros a la hora de la compra inicial, pero la inversión de futuro se traduce en ahorro a la larga. Comprarlos de segunda mano es otra opción. El ahorro anual con este tipo de productos puede llegar a los 350 euros.

Unos consejos y recomendaciones para convertirlos en hábitos de ahorro que, sin ninguna duda, se pueden incluir en la lista de los propósitos de año nuevo ya que suponen un mínimo esfuerzo. Todo es acostumbrarse y educar a los más pequeños para un ahorro futuro.

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