
Las enigmáticas palabras del presidente de los ferrocarriles saudíes, Mohamed Khalid Al-Suwaiket, en referencia a su descontento con algunos miembros del consorcio español que construye el AVE La Meca-Medina, han vuelto a reavivar la polémica sobre este proyecto, que supondrá para la industria ferroviaria española unos ingresos cercanos a los 7.000 millones de euros.
Aunque ninguna de las empresas consultadas por este periódico quieren realizar declaraciones con nombre y apellidos (se juegan mucho dinero en ello), fuentes solventes del consorcio español insisten en su malestar por las condiciones previas en las que está dejando la infraestructura el consorcio chino encargado de la primera fase de obra civil. "Siguen entregando los tramos tarde, de manera desordenada (sin ser consecutivos) y en unas condiciones en las que no se puede trabajar inmediatamente", explican.
El único que se salió de ese guión de la discreción en su día fue Juan Miguel Villar Mir. Durante el último viaje de la ministra de Fomento, Ana Pastor, para ver las obras de la alta velocidad entre las Ciudades Santas, el presidente de OHL no ocultó su malestar sobre la infraestructura previa que se estaba encontrado cuando ha ido recepcionando la Sección 4 del trazado (la Sección 5 la recibió también Copasa). ¿Fueron esas declaraciones del empresario uno de los detonantes del malestar de las autoridades saudíes? No se sabe a ciencia cierta pero no hay que olvidar que China y sus empresas se están convirtiendo en un fuerte aliado en la expansión y el crecimiento de países con grandes necesidades en infraestructuras. Y Arabia Saudí es un claro ejemplo.
Con este malestar de fondo, desde el consorcio español no se entienden las palabras del primer ejecutivo de SRO (Saudi Rail Organization) en la entrevista publicada por elEconomista, en las que aunque reconoce problemas con los chinos en las primeras fases del proyecto asegura que ya están resueltos y se sonríe por las quejas españolas. Parte de las empresas del consorcio tampoco entienden las prisas de las autoridades saudíes por acelerar el proyecto, cuando los plazos especificados en el contrato les dan mucho más margen. Desde algunos ámbitos se llega a insinuar que la SRO pide al consorcio esfuerzos que no están reflejados en contrato y que al final encarecerían el coste de la obra y podrían poner en duda la rentabilidad de la misma para España.
La relación entre las 12 empresas españolas del consorcio Al-Shoula (se completa con dos compañías más de origen saudí) tampoco es la ideal. Algunas de ellas se quejan a este periódico de que el consorcio lleva entre cuatro y cinco meses sin tener una reunión con todas las empresas para hacer balance sobre la marcha de la ejecución de las obras y los problemas que surgen. La presidencia del consorcio corresponde a Ineco, a través de su presidente Pablo Vázquez. En los últimos días su nombre se vincula con la plaza que deja vacante Rafael Catalá como Secretario General de Infraestructuras tras asumir la cartera de Ministro de Justicia una vez que Gallardón renunciara al cargo.
Fomento situó a Vázquez al frente de la presidencia del consorcio porque es una persona de total confianza de la ministra, Ana Pastor, pero en el consorcio hay disparidad de criterios sobre su labor. Hasta el momento, parece que la empresas que han establecido mejores relaciones con las autoridades saudíes han sido las relacionadas con el Grupo Fomento (el operador Renfe, el gestor de las infraestructuras Adif y la consultora Ineco) y Talgo. El fabricante del tren de alta velocidad que surcará los 450 kilómetros entre La Meca y Medina ha alcanzado unas excelentes relaciones con el presidente de SRO y el ministro de Transportes saudí y le mantienen al tanto de todas las evoluciones en su fabricación. Aún así, también están siendo víctimas de las prisas de Arabia Saudí, que pide que ya se lleve el primer tren en enero, pero los expertos ferroviarios del consorcio advierten que antes de que llegue se debe asegurar su integridad sobre el terreno con un hangar para protegerlo y con un foso para su mantenimiento.