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Consumo materno de hierro sería clave para reducir riesgo de autismo: estudio

Por Kathryn Doyle

NUEVA YORK (Reuters Health) - Un equipo halló que las madresde niños autistas son menos propensas que el resto de lasmujeres a recordar haber utilizado suplementos con hierro antesy durante el embarazo. Pero esto solo no es suficiente paraprobar la relación.

"Hallamos una asociación, sólo eso, que debería replicarse",dijo la autora principal, doctora Rebecca J. Schmidt, delDepartamento de Ciencias de la Salud Pública de la Facultad deMedicina de University of California.

"Si eso ocurre, reforzará la necesidad de que las mujerescumplan las recomendaciones sobre el consumo de hierro antes ydurante el embarazo, y durante la lactancia materna", agregó.

La deficiencia de ácido fólico, o vitamina B, también estáasociada con el riesgo de autismo. El ácido fólico y el hierroson importantes para el desarrollo del cerebro fetal y seencuentran en las vitaminas de uso prenatal. Pero el equipoafirma que este es el primer estudio sobre el uso materno dehierro y la aparición del autismo.

El equipo de Schmidt entrevistó a un grupo de madres deCalifornia que tenían hijos de entre dos y cinco años paraconocer si habían utilizado multivitaminas, vitaminas prenataleso suplementos antes, durante y después del embarazo, y elconsumo de cereales fortificados y otras fuentes alimentarias dehierro.

Los autores compararon las respuestas con los datos de lasmadres de 520 niños con un trastorno del espectro autista y de346 niños con un desarrollo normal (grupo control).

Las mujeres del grupo control eran más propensas a haberutilizado suplementos con hierro, en niveles más diariospromedio más altos que las mujeres del otro grupo, según publicaAmerican Journal of Epidemiology.

Las vitaminas prenatales eran la principal fuente de hierropara las mujeres de ambos grupos (30-32 mg), seguidas de lossuplementos, que habían utilizado el 31 por ciento de las madresde los niños sin trastornos del desarrollo y el 25 por ciento delas madres de niños autistas.

Los autores estimaron que las madres de los niños del grupocontrol habían consumido 57 mg de hierro por día, mientras quelas madres de los niños con autismo habían ingerido 51 mgdiarios. Ambas cantidades están por encima de la dosis diaria dehierro que el Instituto de Medicina recomienda para las mujeresen edad reproductiva (18 mg diarios).

Schmidt comentó por vía telefónica que la mitad de lasmujeres padece deficiencia de hierro durante el embarazo, demodo que se recomienda que consuman hasta 27 mg diarios durantela gestación y por lo menos 9 mg durante la lactancia.

Dado que el nuevo estudio comparó madres de dos grupos deniños solamente y les pidió que recordaran qué habían hechoentre dos y cinco años antes, la autora dijo que podría surgirotra explicación de la relación causa-efecto. Pero el consumo dehierro materno y la aparición del autismo de algún modo estánasociados.

Esa relación era especialmente importante en las mujeres demás de 35 años y con enfermedades metabólicas, como la diabetesy la obesidad. Eso podría ser porque, con la edad, elmetabolismo del hierro cambia en las mujeres, según explicó laautora.

"Los datos del estudio son muy sólidos e internamenteconsistentes", opinó el doctor Philip J. Landrigan, directoradel Centro Pediátrico de Salud Ambiental de la Escuela Icahn deMedicina de Mount Sinai, Nueva York, y que no participó delestudio. Dijo por vía telefónica que las embarazadas tienen queconsumir hierro junto con el ácido fólico.

Comentó que la deficiencia de hierro es muy común en lapoblación, que la tasa de autismo creció rápidamente en losúltimos años y que, por lo tanto, ambas podrían estar asociadas.

Para Cindy Lawler, responsable del Area de Genes, MedioAmbiente y Salud de los Institutos Nacionales de Ciencias de laSalud Ambiental, Research Triangle Park, Carolina del Norte,consideró que el estudio se suma a la evidencia creciente de lainfluencia de los factores de riesgo no genéticos en el riesgode padecer autismo y demuestra que una combinación de factores,como la edad materna y las enfermedades metabólicas, tendrían unefecto significativamente mayor en el nivel de riesgo.

"Por ahora, el mejor consejo para las madres es conversarcon el médico para obtener información individualizada sobre laalimentación y el uso de suplementos", dijo Lawler por e-mail.

FUENTE: American Journal of Epidemiology, online 22 deseptiembre del 2014.

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