
Manuel Pizarro se incorporó en la pasada junta de accionistas como miembro del consejo de administración de El Corte Inglés. La intención de Isidoro Álvarez era que pilotara toda la política financiera del gran grupo de distribución español con la misma entereza que llevó las riendas de Endesa.
Pizarro ha estado casi siempre en la primera línea de la economía del país. De hecho, justo después de abandonar la presidencia de la eléctrica aseguraba que "Pronto me veréis torear en otro sitio" y lo cierto es que han sido ya varios puestos destacados los que ha ocupado el empresario.
Pizarro aceptó, a propuesta de César Alierta, un puesto en el consejo de administración de Telefónica pero su paso fue notoriamente fugaz ya que lo aceptó a mediados de diciembre de 2007 y en enero de 2008, sin que casi se hubiese cumplido un mes, lo tuvo que abandonar para convertirse en candidato por Madrid del Partido Popular.
Su paso por el equipo de Mariano Rajoy también fue efímero. Los debates televisivos con Pedro Solbes hicieron que el actual presidente del Gobierno no contase con él para su línea ejecutiva. Pizarro permaneció como diputado en el Congreso hasta el 29 de enero de 2010 pero abandonó para incorporarse al despacho Baker & Mckenzie como socio internacional y como presidente del consejo de administración en Madrid.
La fortuna del empresario turolense comenzó a forjarse en 1987 cuando se unió a Emilio Recoder de Casso y a Barclays Bank para crear una sociedad de valores. Poco después, en 1989 se independizó y creo su propia agencia: Ibersecurities. En el año 2000 vendió esta agencia de valores por la que se asegura que se recibieron alrededor de 14.000 millones de las antiguas pesetas (84 millones de euros) aunque otras fuentes apuntan que ingresó algo menos: 66 millones.
Pizarro, abogado del estado y agente de cambio y bolsa, es también académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras.
Pizarro siempre aseguró que no tenía ningún apego al sillón y que si triunfaba la oferta de Gas Natural siempre podía convertirse en notario. Endesa pasó de valer 21.000 millones a más de 40.000 millones de euros por la defensa numantina que protagonizó durante la larga guerra de ofertas de compra sobre la eléctrica y salió de la compañía con una indemnización golosa que generó cierto debate.
Además, al igual que el resto del Consejo de Administración, también aceptó la oferta de la italiana Enel y de Acciona y vendió sus 100.004 acciones de la empresa, lo que le reportó otros cuatro millones de euros. Estos títulos, no obstante, tampoco estuvieron exentos de polémica, puesto que Pizarro compró la mitad dos días antes de que Gas Natural lanzara su oferta de compra un 2 de septiembre de 2005.
Pizarro, con la constitución en la mano, hizo una sucinta explicación de los trámites que había realizado con el secretario del Consejo de Endesa para comprar dichas acciones y clarificar que no se produjo en ningún caso información privilegiada y amenazó con querellarse con todo aquel que lo postulara. A lo largo de la operación, Pizarro aseguró con vehemencia que él nunca sería un empleado de La Caixa y dejó muy claro que no le preocupaba el dinero. De hecho, siempre mantuvo que mientras estuviera en Endesa sólo cobraría de la eléctrica. Motivo por el que renunció a los ingresos que le podría proporcionar su puesto de consejero en Bolsas y Mercados (BME).