El semáforo, la herramienta imprescindible para el control del caótico tráfico de nuestros días, está de aniversario. La instalación del primer semáforo se produjo a finales del siglo XIX, en 1868, en la plaza del Parlamento londinense. Aquel prototipo inglés nada tenía que ver con los semáforos que conocemos, funcionaba durante el día a través de un sistema de brazos automáticos y por la noche se iluminaba una linterna de gas inflamable.
Tras varias décadas de avance en la industria automovilística y el aumento de las aglomeraciones de coches tanto de caballos como motorizados que se producía a diario en las principales ciudades del mundo, obligaron al perfeccionamiento de estos novedosos sistemas de regularización del tránsito.
En 1914, apareció al otro lado del Atlántico, en Cleveland, estado de Ohio en los Estados Unidos el primer modelo de semáforo de funcionamiento eléctrico. Continuando el modelo americano, la emblemática firma alemana Siemens diseñó para el cruce de la Postdamer Platz de Berlín su primer semáforo eléctrico, una revolución para la Europa de entre guerras.
Desde ese momento, el semáforo no ha cesado de evolucionar. Tras el modelo de Siemens en Alemania, en 1933 la capital danesa estrenó un diseño que incluía por primera vez la luz peatonal. Casi veinte años más tarde, Nueva York sería la primera ciudad del mundo que contaba con semáforos que indicaban a los peatones cuando esperar y cuando cruzar. Estas innovaciones en el sistema pronto fueron trasladadas al viejo continente. En 1961 aparecería un nuevo elemento, el muñeco que representa al peatón, diseñado por el psicólogo Karl Peglau en la Alemania Oriental. Como curiosidad la primera silueta femenina fue introducida en 2004.
Innovación
Una de las empresas más históricas en la producción de semáforos, es la alemana Siemens. De hecho, su primer semáforo eléctrico también está de aniversario y cumple 90 años desde que se instaló el primero en las calles de Berlín.
La compañía germana a día de hoy produce 22.000 semáforos al año en su fábrica de Augsburg, junto con 2.000 productos también orientados al control viario.
Esta firma es además una de las más punteras en innovación. Desde el año 2010 fabrica sus semáforos con bombillas LED, las cuales, además de ser más duraderas que las habituales, son a la vez más sostenibles, puesto que ahorran hasta un 90% de energía eléctrica. Del mismo modo, se están desarrollando sistemas de control internos que permiten controlar la red de semáforos de una ciudad por medio de dispositivos como teléfonos inteligentes o tabletas. Asimismo, Siemens también cuenta con un centro de soporte en Múnich que presta asistencia técnica a más de 225 ciudades de todo el mundo.
Semáforos inteligentes
Dentro de este proceso de perfeccionamiento paulatino de los semáforos, se están desarrollando diversos proyectos experimentales. Uno de ellos es el denominado semáforo cooperativo. Este tipo de dispositivos haría posible el intercambio de información entre los vehículos y la red de semáforos por medio de la tecnología WLAN, con lo que se facilitaría la seguridad vial en las ciudades.
Por otro lado, también se está investigando para adecuar el tiempo de espera tanto de peatones como de vehículos a la intensidad del tráfico en cada momento del día. Además, estos nuevos sistemas incluirían una base de datos sobre el estado de la circulación junto a mapas digitales, que el conductor podría consultar con su smartphone.