Empresas y finanzas

La banca portuguesa, incluida la filial del Santander, se repartirá el Espirito Santo (BES)

  • Las autoridades lusas pretenden acelerar la desinversión de la entidad
  • El expresidente del banco advierte de que hablará de la abrupta caída
Imagen: Archivo

El accionista y la banca pagarán el rescate del BES y el contribuyente se librará. Tras el rescate de la entidad lusa, la banca portuguesa tendrá, previsiblemente, una oportunidad para poder hacerse con el portugués Espírito Santo (BES), denominado desde ayer Novo Banco.

Los planes de reestructuración de la entidad, aprobadas por las autoridades lusas con el beneplácito de Bruselas, contemplan la privatización en el plazo máximo de dos años, si bien fuentes conocedoras de la situación sostienen que el proceso se acelerará lo máximo posible. En el sector se habla incluso de que la subasta se podría materializar a principios del próximo ejercicio.

Entre los candidatos y mejor posicionados se encuentran, además de los grandes bancos del país, como BCP o BPI, la filial lusa del español Banco Santander, el Santander Totta. Hace varias semanas, antes de que el Banco de Portugal, tomara la decisión de la pseudo nacionalización contactó con estas tres entidades, al menos, para sondear el interés por BES.

El Santander pretende crecer en Portugal, pero cualquier operación de compra está supeditada al precio y a la generación de valor. La semana pasada el consejero delegado del banco, Javier Marín, indicó que la entidad tenía poco interés en el luso, pero que analizarían cualquier oportunidad. Además, destacó que la idea del grupo pasa por el crecimiento orgánico, es decir, a través del aumento del negocio. Hace unos meses, el presidente de la franquicia, Vieria Montero, apuntó que el Santander Totta, estaba dispuesto a adquirir negocio aprovechando la reestructuración del sistema.

La hoja de ruta diseñada para el Espírito Santo, aun así, no descarta la colocación en bolsa de la entidad intervenida, a través de distintos paquetes accionariales en el mercado de valores.

Recuperación de las ayudas

La venta del nuevo BES, una vez realizada la división y limpieza de los activos tóxicos, servirá para que el Estado recupere el dinero prestado, 4.400 millones, de los 4.900 millones que necesita para recapitalizarse. Tras el ajuste y la estabilización de la actividad, la entidad portuguesa podría despertar un mayor interés entre los potenciales compradores.

La gran banca portuguesa, de momento, aportará 500 millones a BES a través del Fondo de Resolución de Entidades, un instrumento parecido al Frob, creado en 2012 para salvar al sector financiero en el marco del rescate europeo. A diferencia del fondo español el luso se nutre con aportaciones de las entidades. Ahora, los grandes grupos -Caixa Geral, BCP, BPI, Santander, Montepio Geral, Banif y CCAM- asumirán la factura inicial de los 500 millones de euros con contribuciones ya realizadas al Fondo de Resolución y una nueva de más de 300 millones.

En los próximos años, el proyecto, que ha sido autorizado por Bruselas, establece que serán las entidades las que lleven a cabo distintas derramas para que este vehículo pueda ir devolviendo el crédito recibido del Estado. El coste final para el sector dependerá de los ingresos que se obtengan en la desinversión del nuevo BES.

En el hipotético caso de que la venta reporte más de los 4.400 millones aportados por el Gobierno con dinero comunitario, los accionistas actuales podrían recuperar parte del dinero invertido. Entre ellos destaca el francés Credit Agricole. Éste podría perder unos 1.000 millones de euros, según fuentes del sector. Es el segundo mayor socio del banco portugués, con un 15% del capital.

Los accionistas se quedarán con el denominado banco malo, con los activos dañados, como los riesgos con la familia Espírito Santo, y con la división de Angola. Éstos también se irán liquidando y vendiendo poco a poco.

La Comisión Europea valoró ayer positivamente el plan para resolver los problemas del BES, al considerar que "la adopción de estas medidas de liquidación es adecuada para restaurar la confianza en la estabilidad financiera y para garantizar la continuidad de los servicios y evitar unos potenciales efectos sistémicos adversos".

El Ejecutivo comunitario consideró también que la hoja de ruta se ajusta a las normas sobre ayudas de Estado.

Bruselas respalda el plan

El portavoz comunitario de Asuntos Económicos, Simon O'Connor, explicó que demuestra "la capacidad de las autoridades portuguesas y de la UE para responder en tales condiciones de urgencia", y destacó que este caso es distinto del de España, donde varias entidades tuvieron que recibir apoyo estatal. "Obviamente, la situación en España fue distinta", afirmó, y recordó que en el caso español se estableció un banco malo, la Sareb, para recoger los activos tóxicos de las diversas instituciones financieras que recibieron apoyo estatal.

Quien todavía no ha queerido pronunciarse fue el expresidente del BES y cabeza de la familia Espírito Santo, Ricardo Salgado, al que se le acusa de distintos delitos societarios. Eso sí, en un comunicado advirtió de que hablará "cuando el tiempo y el contexto permitan un análisis objetivo y sereno de lo que precipitó la caída abrupta" de la entidad.

La intervención del BES sirvió para calmar a los mercados, que en la última semana habían sufrido un revés por la incertidumbre de la entidad. La Bolsa de Portugal fue la más beneficiada, con una subida del 0,98 por ciento, aunque a primera hora la revalorización era superior al 1 por ciento. La firma que más se recuperó fue el banco BCP, que se disparó más de 6%. El resto de entidades que cotizan, BPI y Banif, cerraron la sesión con pérdidas del 1,1 y el 0,5 por ciento.

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