Unilever vende casi toda su división de congelados al fondo de capital riesgo Permira por 1.725 millones

Nueva jugada del capital riesgo. El grupo holandés de productos de consumo ha vendido sus marcas de alimentos congelados Iglo y Bird's Eye en Europa a Permira por 1.725 millones de euros.

La operación no tendrá incidencia en España, ya que los negocios de comida congelada de Unilever fueron vendidos hace dos meses a Bonduelle. Unilever conservará la marca Findus en Italia y Bertolli/Knorr en Norteamérica.

Unilever, que fabrica productos como Dove o Lipton, excluirá además de la operación sus negocios de helados, que cuentan con marcas como Ben & Jerry's, y el resto de actividades en Italia. Los países a los que afecta la transacción son Austria, Bélgica, Alemania, Irlanda, Países Bajos, Portugal y Reino Unido.

Unilever explica que su decisión de vender el negocio se produce tras un análisis estratégico del futuro de la actividad de comida congelada. El acuerdo, que no quedará cerrado hasta final de año, está condicionado al visto bueno de los reguladores y al resultado de las consultas con los consejos de empleados.

El director ejecutivo de la compañía, Patrick Cescau, aseguró que "el negocio de comida congelada ha sido muy bueno para Unilever durante varias décadas, con una enorme producción, marcas emblemáticas y una memorable actividad publicitaria que mejoró el valor para los accionistas".

No obstante, Cescau aludió a la decisión de "orientar la cartera hacia otras prioridades" y mostró su confianza en que el fondo Permira será capaz de procurar al negocio la "dedicación y la gestión" adecuadas.

"Estamos encantados con que el fondo Permira adquiera estas marcas emblemáticas y está deseando mantener su crecimiento en el futuro", señaló por su parte uno de los socios de Permira, Cheryl Potter. "El mercado ve pocos acuerdos sobre productos alimentarios de esta magnitud", añadió.

La cuantía de la operación equivale a 1,4 veces las ventas anuales de las marcas vendidas y 9,9 veces su Ebitda. La compañía británica se apuntará unas ganancias tras impuestos procedentes de la venta de cerca de 1.000 millones de euros.