
Novagalicia inicia una nueva etapa. El nuevo propietario, el venezolano Banesco, puso en marcha ayer el proyecto de relanzamiento tras el sello definitivo de la operación de compra el miércoles. La primera decisión de calado se empezó a ejecutar ayer, con el cambio de la marca y la imagen, muy deteriorada en los últimos meses por la nacionalización de la entidad y por el escándalo de las preferentes. A partir de ahora será Abanca.
Esta denominación luce desde ayer en algunas de las oficinas de la antigua Novagalicia. La migración de la cartelería y los 8.700 metros de letreros a Abanca costará en torno a los 8 millones al grupo venezolano, que a partir de septiembre procederá a la integración y desaparición de Banco Etcheverría, la entidad con la que el conglomerado liderado por Juan Carlos Escotet inició su andadura en España a finales de 2012.
El cambio se realizará en poco más de 24 horas. Finalizará a lo largo de hoy. La sustitución afectará a unas 580 sucursales de la entidad -120 de Etcheverría para final de año-, en los cajeros y en todos los puntos de venta, al igual que en los recintos deportivos y culturales.
Concesión de créditos
Los planes de Abanca pasan ahora por incrementar el volumen de crédito concedido a sus clientes y posicionarse como la entidad de referencia de la cornisa cantábrica. La intención, plasmada en la hoja de ruta aprobada por Bruselas la semana pasada, es conceder préstamos en los próximos tres ejercicios por 12.500 millones, principalmente a pymes.
Banesco se adjudicó Novagalicia en diciembre al ofrecer al Estado y al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) el pago de 1.003 millones por el 88% del capital. Esta semana ha pagado los primeros 403 millones. El resto los abonará en tres plazos hasta 2018.
Si bien, el venezolano se ha garantizado un esquema contra pérdidas por distintas contingencias, por importe de hasta 800 millones, como los casos de preferentes judicializados y la previsible indemnización a Aviva por la ruptura de su alianza en bancaseguros. El Estado ha perdido al menos 8.000 de los 9.000 millones inyectados a Novagalicia con la venta, sin contar el impacto del traspaso de activos tóxicos al banco malo o Sareb.
Aunque Banesco tomó las riendas hace varios meses de la antigua caja gallega, no ha sido hasta ahora cuando ha nombrado y oficializado el desembarco del nuevo consejo de administración, que contará de momento con sólo un ejecutivo, el consejero delegado, Francisco Botas. Por tanto, será el único que podrá acceder a una retribución máxima de 500.000 euros, según los nuevos estatutos para adaptarse a la regulación de entidades con ayudas.
Escotet, accionista mayoritario de Banesco, será consejero dominical en un órgano rector compuesto por siete miembros, pero que podría alcanzar los nueve próximamente. Entre ellos, destaca la figura del independiente Miguel Ángel Capriles, primo del líder de la oposición al régimen bolivariano de Nicolás Maduro.