Empresas y finanzas

El Gobierno presiona a la banca para evitar la liquidación de Pescanova

El Gobierno no está dispuesto a permitir la liquidación de Pescanova y está presionando en los últimos días a las entidades financieras acreedoras de la empresa -especialmente al denominado G-6 que integran Sabadell, Popular, Caixabank, BBVA, NGC y el italiano UBI Banca- para intentar que se sumen al convenio de acreedores. Sabadell admite que es probable que la banca acepte tomar el control de Pescanova.

En declaraciones a elEconomista, el presidente de la compañía gallega, Juan Manuel Urgoiti, explicó que está teniendo un contacto permanente con el Gobierno y que "tanto el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, como Álvaro Nadal (jefe de la Oficina Económica del presidente) se están movilizando y nos han prometido que bajo ningún concepto permitirán que se liquide el grupo".

Pero no son los únicos. Según dice Urgoiti, "también se está trabajando en el mismo sentido desde Industria e incluso desde Exteriores, que nos está apoyando en los mercados internacionales", fundamentalmente, para evitar la pérdida de negocios y derechos en caladeros de pesca.

Acercamientos y desencuentros

El hecho es que, tras a la entrada en juego del Gobierno, las posturas se han acercado ligeramente. La banca ha aceptado negociar la posibilidad de sustituir a Damm y Luxempart en el convenio de acreedores después de que la cervecera catalana remitiera una carta al consejo de administración, que se reunió por última vez el pasado lunes, para mostrar su renuncia a participar en el convenio, en el caso de que fuera necesario.

El problema es que, al margen de tener el control accionarial, la banca quiere nombrar a un nuevo consejo de administración y asumir íntegramente la gestión. Y es en ese punto donde están surgiendo algunos desencuentros.

De momento, la compañía gallega tiene garantizado por ahora tan sólo el voto a favor de un 20% del pasivo, y aunque, según dice Urgoiti, "podemos llegar a alcanzar al final entre un 38 y un 40% del total", ese porcentaje no es suficiente, ya que la ley obliga a contar como mínimo con el voto a favor del 51% para sacar adelante el convenio.

Apoyo de la banca extranjera

El presidente de la pesquera asegura no entender cómo es posible que la gran banca extranjera (Ex-Im Bank, Morgan Stanley, City o Deutsche Bank, entre otros) o incluso los hedge funds hayan mostrado ya su respaldo a la propuesta de convenio y los bancos españoles, en cambio, piensen en cambio en la liquidación. Según dice, "la liquidación de Pescanova supondría abrir un escenario incierto y descontrolado, que equivaldría casi con toda seguridad a su desaparición inmediata porque, en cuanto se anunciara, la mayoría de países en los que tenemos caladeros de pesca suspendería los acuerdos existentes".

Aunque la idea de la banca, en caso de que no se sume al convenio, pasa por adjudicarse la empresa en bloque tras su subasta, el presidente de Pescanova opina que se pondrían en peligro 12.000 empleos -2.500 de ellos en Galicia- y que "las entidades sólo recuperarían como mucho un 10% del pasivo, y eso los grandes acreedores, porque los pequeños y los bonistas probablemente lo perderían todo".

El informe de Lazard

En un informe que se ha presentado al consejo y que ha sido elaborado por Lazard, como asesor del grupo, se concluye, de hecho, que el convenio es la mejor opción, porque se eliminan las incertidumbres de la liquidación, la única alternativa, y cuyo escenario "es incierto, dependiente de la visión de la Administración Concursal y del juez, y que con gran probabilidad resultará en pérdida de valor para los acreedores de la matriz".

El presidente de Pescanova sale además en defensa de Damm y Luxempart frente a las acusaciones de la banca acerca de que está haciendo un gran negocio con el convenio de acreedores. "Han perdido ya 100 millones y aún así son los únicos que están dispuestos a seguir y a inyectar otros 150 millones más".

De hecho, de acuerdo con el informe elaborado por Lazard, "la propuesta del convenio representa un esfuerzo considerable para la compañía, pues el nivel de endeudamiento resultante, en caso de cumplimiento del Plan de Viabilidad, sigue siendo muy alto y sólo es asumible por el plazo de repago al que se reestructura la deuda".

La deuda del negocio español equivaldría todavía en el año 2019 a 14,6 veces el ebitda (resultado bruto operativo), 6,1 veces en el caso de que se contabilizara la totalidad del grupo. "Los intereses del crédito senior son del 15 por ciento y con un ebitda el año pasado de 45 millones -la previsión para este ejercicio se sitúa entre 68 y 70 millones- se lo come todo. Incluso en el mejor de los escanarios no volvería a haber dividendo en siete años", dice Urgoiti.

Una de los vías que está explorando la banca si finalmente descarta liquidar y acepta el convenio sustituyendo a Damm, teniendo en cuenta que no se puede ya cambiar la propuesta enviada al juez y reducir la quita del 72 por ciento, es aumentar el porcentaje de crédito senior, hasta algo más de 500 millones de euros.

El plazo para aprobar o rechazar el convenio de acreedores vence el próximo martes, día 29, aunque los resultados no se conocerán hasta el miércoles. Será entonces cuando se sepa si Pescanova va o no a la liquidación.

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