
Los mayores bancos de Europa redujeron su personal en otro 3,5 por ciento el año pasado y las perspectivas de un retorno a los niveles de empleo alcanzados antes de la crisis parecen lejanas, pese a la incipiente recuperación económica en el continente.
Obligados a tomar medidas por el descenso de los ingresos, el ascenso de las pérdidas y la necesidad de convencer a los reguladores de que ya no son "demasiado grandes para fracasar", los bancos a nivel mundial han reducido radicalmente su personal desde que el colapso del banco estadounidense Lehman Brothers en 2008 desatara una crisis financiera.
El año pasado, la corriente de malas noticias comenzó a virar hacia los bancos europeos, que están entre los mayores contratadores del continente.
Ayudados por la recuperación de las economías y los menores temores sobre el futuro de la zona euro, el índice referencial Stoxx Europe 600 Banks subió un 19 por ciento, superando el incremento del 17,4 por ciento en las acciones en varios sectores.
Pero pese a la mejora en el panorama, los 30 mayores bancos de Europa por valor de mercado redujeron 80.000 empleos en 2013, mostraron cálculos de Reuters basándose en sus comunicados de final de año.
Consultores externos de contrata de personal advierten que las esperanzas de los trabajadores de un giro radical este año podrían ser poco apropiadas, malas noticias para países como España, donde decenas de miles de despidos en bancos han ayudado a llevar el paro al 26 por ciento.
No obstante, al tiempo que es doloroso para las personas que han perdido sus empleos, la reducción de la plantilla en los grandes bancos mediante una combinación de ventas de activos y despidos significa que no tendrán un gran impacto en el empleo en general en crisis futuras.