
John Scott, presidente de KPMG en España, defiende el trabajo del auditor, una labor que considera esencial para fortalecer la confianza de los inversores. Así lo contó a elEconomista, en su primera entrevista desde que fuera nombrado vicepresidente global de la firma.
¿Cómo esperan que evolucione el negocio de KPMG en España?
Esperamos un crecimiento mayor que en 2013, con foco en grandes compañías del Ibex, así como en empresas familiares, que tienen su propia idiosincrasia. Hemos invertido para aumentar nuestras capacidades y nuestra especialización en aquellos sectores que demandan un alto nivel de asesoramiento y donde vemos oportunidades de crecimiento, como el financiero, salud, sector público, infraestructuras, retail, telecomunicaciones y energía. Estamos preparados para atender el posible aumento de los concursos de auditoría en entidades de interés público como consecuencia de la reforma europea del sector.
Se ha puesto en evidencia que en las cuentas de varias cajas se escondían carteras de activos dañados, sobre las que no alertaron sus auditores. ¿Es momento de hacer autocrítica?
Hay un general consenso sobre el excesivo riesgo asumido en la gestión de muchas de las cajas de ahorros, vinculado al sector inmobiliario, a proyectos regionales y a un mejorable Gobierno Corporativo. Partiendo de que todos los casos no son iguales, debemos tener en cuenta el impacto producido por las sucesivas regulaciones, que han redoblado los requerimientos de capital y las provisiones, así como el vertiginoso deterioro de los activos, lo que transformó la situación de estas entidades en pocos meses. Es un buen ejemplo de la necesidad de que el auditor amplíe su campo de actuación más allá de la foto histórica de las cuentas anuales.
¿Qué hay que cambiar para que esto no vuelva a ocurrir?
Una de las lecciones de la crisis es que, a la velocidad a la que evolucionan los datos y se toman las decisiones, en la coyuntura actual es necesario disponer de procesos más ágiles y prospectivos, que complementen la información financiera, con un análisis sobre el modelo de negocio, la estrategia, la política de riesgos, la sostenibilidad e información sobre la gobernanza. Es lo que llamamos informe integrado. Este debate está abierto en las instituciones internacionales vinculadas a la auditoría y queremos dar ese paso adelante porque beneficiará a los inversores y a las propias empresas auditadas.
¿Han tenido alguna responsabilidad los auditores en la crisis?
La crisis económica es producto de un exceso de liquidez y de apalancamiento, no de transparencia en la información financiera facilitada. A pesar de ello, siempre es posible obtener enseñanzas.
Los fondos internacionales han vuelto a fijar su atención en España...
Estamos percibiendo una vuelta del interés de los inversores por activos y empresas españolas desde el verano de 2013, no sólo fondos distressed, sino también fondos más tradicionales, con una vocación de mayor permanencia. Inversores chinos, indios y provenientes de Latinoamérica están aumentando su actividad. Entendemos que el crecimiento de operaciones de fusiones y adquisiciones se consolidará e incrementará a lo largo de 2014.
¿Qué debe cambiar para que los bancos concedan financiación?
La crisis que comenzamos a superar ha sido, en buena medida, una crisis de exceso de endeudamiento, por lo que desde un punto de vista económico es lógico y necesario que se produzca un ajuste. Además, en todas las crisis la recuperación del crédito no antecede a la recuperación de la economía, sino que la acompaña. Lo que es clave es que, con independencia de la evolución global del crédito, los proyectos empresariales solventes puedan desarrollarse. Creo sinceramente que el sector financiero español, en su propio interés, concede y concederá aún más la financiación necesaria a esos proyectos.
La crisis ha impulsado la consolidación del sector. ¿Están abiertos a nuevas operaciones de compra?
Las reformas de auditoría de la UE y una tendencia creciente hacia la consolidación, en especial con firmas que aumenten nuestras capacidades, conllevarán oportunidades. KPMG aspira a liderar el mercado en cada uno de los países europeos, por lo que estamos siempre abiertos a analizar posibles vías de crecimiento que complementen y aporten mayor valor a nuestros clientes. En este sentido, en 2013 creamos KPMG Capital para invertir en tecnología aplicada a nuestros servicios, como por ejemplo en auditoría, así como en nuevos servicios que faciliten la toma de decisiones a partir del análisis de grandes volúmenes de datos.
¿Ve cercana la recuperación?
Las principales previsiones apuntan a que la crisis económica ha tocado fondo y los datos ya indican que hemos llegado al final de la recesión. Todo ello ha sido resultado del gran esfuerzo colectivo que tanto las empresas como la sociedad española han realizado estos años, así como de las reformas económicas impulsadas desde el Gobierno.
No obstante, las señales de recuperación son todavía muy débiles y algunos factores, como el elevado desempleo, hacen necesario mantener firme la aplicación de medidas, como la mejora de la competitividad o el control del déficit, que permitan lograr una recuperación estable y corregir de forma estructural los desequilibrios que arrastraba la economía española.