
El pasado mes de enero la comisión de Asuntos Jurídicos de la Eurocámara ratificaba (por 13 votos a favor, 8 en contra y una abstención) la norma que pretende reforzar la independencia de las empresas de auditoría y potenciar la competencia en el sector. La propuesta, que ya ha sido objeto de acuerdo con los Gobiernos de los 28, debe ser ahora respaldada por el pleno, probablemente en abril. Con ello la Eurocámara lo que pretende es reorganizar el sector que se encuentra dominado en la actualidad por las 'Big Four' (Deloitte, Ernst & Young, KPMG y PricewaterhouseCoopers). Desde elEconomista.es nos hemos puesto en contacto con Breogán Porta, Senior Manager de auditoría del Sector Financiero de Mazars, para analizar la independencia y competitividad en el sector de la auditoría en España.
¿Qué medidas se deberían poner en práctica para que mejorase la competitividad y la independencia de las auditorías?
Creo que no hay una respuesta de manual a esta pregunta, aunque desde mi punto de vista la competitividad y la independencia, analizadas en su conjunto, mejorarían tomando cuatro medidas básicas:
- Incentivando las licitaciones abiertas y periódicas para la selección de auditores y en su ausencia, creando normas de rotación de auditores más estrictas que las actuales y hasta incluso las que se plantean aprobar a nivel Europeo. Hay que evitar relaciones de larga duración, sin plantearse, por parte de la empresa cada cierto tiempo una mirada al exterior, reforzando la transparencia en la selección de su auditor. La falta de transparencia, en general en el gobierno de las empresas, es un denominador común que ha estado presente en la práctica totalidad de los escándalos financieros pasados y eso es un dato que no podemos obviar.
- Por otro lado, los reguladores de cada país, deben unificar su postura sobre la aplicación de las normas de independencia, acompañadas de revisiones activas de carácter recurrente a todas las firmas, en términos de comprobar que los auditores están cumpliendo con las normas de independencia, haciendo especial hincapié en la prestación de servicios adicionales prohibidos por norma, que hayan sido efectuados por el auditor revisado en una empresa auditada por él, aplicando las respectivas medidas sancionadoras, en su caso. En este sentido estoy bastante de acuerdo con la reforma que se plantea aprobar a nivel Europeo, siempre que los servicios prohibidos queden claramente definidos.
- Considerando la posibilidad de que en España se implante la coauditoría, para los grupos de entidades de interés público (cotizadas, emisoras de deuda, grandes corporaciones). Este es un modelo que en Francia funciona desde hace 48 años de manera eficiente y consiste básicamente en que dos auditoras conjuntamente, opinen sobre si los estados financieros de los Grupos de Sociedades, reflejan la imagen fiel y la situación financiera de la entidad. Esta práctica refuerza significativamente la calidad en un entorno gobernado por las normas IFRS basadas en principios que dependen fuertemente de los juicios de valor y de estimación y por otro lado aumenta el control de calidad para determinar que todo el mundo está haciendo su trabajo adecuadamente, ya que no olvidemos que la sana competencia entre auditores seguirá existiendo.
- Otra medida sería que en los concursos públicos u ofertas, no se restrinja el acceso a otros actores del mercado con similares cualidades técnicas, rigor y profesionalidad que las que se les adjudica a las 'Big Four' (Deloitte, EY, KPMG y PricewaterhouseCoopers), priorizando de esta manera el valor técnico y profesional en contraposición del efecto 'Marca', siendo el primero el más relevante para dar un dictamen correcto y por tanto, cumplir con nuestro objetivo que no es otro que dar seguridad al mercado.
¿Y con el sistema de coauditoría no se podrían producir duplicidades?
No, y esta es la gran confusión existente. No hablo de la coauditoría de una sociedad individual, sino de la coauditoría en grupos de sociedades. El proceso de auditoría de estos grupos normalmente requiere de la participación de equipos extensos, pluridisciplinares y con conocimientos sectoriales en ocasiones muy diferentes y en ubicaciones diversas. En estas situaciones no se dan duplicidades ya que el trabajo se reparte equitativamente entre las dos firmas de auditores. Es posteriormente, en los estados financieros consolidados, cuando llegan los debates y puesta en común de los hallazgos detectados por cada una de las firmas, momento en el cual ambas exponen sus resultados y llegan a una conclusión común con el fin de emitir su opinión conjunta sobre las cifras consolidadas del grupo auditado. Adicionalmente el proceso de diálogo auditor-cliente es más amplio y más abierto. En contraposición, este proceso sólo reflejaría un ligero incremento de costes para el cliente entre un 2% y un 4%, no obstante el valor añadido que aporta al mercado es significativamente mayor.
¿Cómo se podría potenciar la independencia en el sector de auditorías?
Partiendo de la base de que la formación y la calidad técnica es un elemento común entre todas las firmas, independientemente de su nivel de facturación, una buena idea es la aplicación de la coauditoría de la que hablaba anteriormente. El problema es que en España los Grupos auditados entienden que esto generaría más problemas, debido en parte a que es un proceso desconocido en España y desde luego como ocurre en todos los cambios, existe un "coste psicológico" de entrada. No obstante, como retorno a estos esfuerzos, estas intervenciones proporcionan una mayor calidad y seguridad para los lectores de los estados financieros, ya que hay dos firmas profesionales que se coordinan entre sí, reforzando la independencia.
Esto es como cuando vas al médico y analizan tus pruebas, y resulta que las ven dos médicos competentes, comentan entre ellos, intercambian opiniones y te dan un diagnóstico. Yo sería como paciente el más interesado en que me vean dos médicos capacitados y especializados para que me den una opinión conjunta.
El mercado de la auditoria en España ha sido siempre muy cerrado, quizá por su relativa juventud frente a otros países. Salvo en los últimos años, prácticamente no ha habido rotación de auditores. Espero que la nueva regulación europea, cuyo texto final aún está pendiente de aprobación, pueda facilitar la mejora y transparencia de este mercado, por el bien común.
Debemos entre todos evitar situaciones vividas en el pasado, que menoscaban de alguna manera, la imagen y reputación del sector de auditores, por lo que, la regulación específica y clara, la formación, y el propio compromiso debe ir en línea de cumplir con la función principal que tiene un auditor, que no es otra que dar assurance sobre la información financiera, ofrecer seguridad y convicción al mercado (inversores, acreedores, accionistas, personal de la empresa, consejo de administración, entre otros...).