
Aunque muchos expertos en mercados financieros
recomiendan no hacer mudanzas en tiempos de tribulación, algunas entidades han preferido seguir el instinto de sus clientes y dar un giro a su estrategia de productos de inversión. De más arriesgados a
seguros y con protección. Por eso, una de las imágenes publicitarias más conocidas de Banco Santander de los dos últimos meses es la de sus seguros de ahorro.
Ante la crisis, la entidad ha decidido apostar por estos productos. Su filosofía es clara: el que triunfa, sobre todo en épocas de apuro, es aquel que se adapta mejor. Las cifras que ya ha conseguido en este ámbito hablan por sí solas: lidera el ramo de vida con más de un 20% de cuota de mercado y duplicando el registro de Mapfre (MAP.MC), su más inmediato perseguidor con un 9,9%. La evolución que ha logrado -hace un año acumulaba sólo un 14,2%- aporta una idea del papel que los seguros juegan en el banco.
Parte de este éxito reside, tal y como indica el director general de Santander Seguros y Reaseguros, Joaquín Capdevila, es el "aprovechamiento de la estructura que tiene el grupo. Entre Santander comercial, Banesto, Banif, Consumer Finance y UCI -la joint venture que mantiene con BNP Paribas- tenemos 5.000 oficinas a nuestra disposición. Esta red y el poder de la marca resultan claves", añade.
Otro dato revelador, que ofrece una visión del momento dulce que vive Santander Seguros -que, por ahora, no incluye las ramas de automóvil y salud-, es que esta división ha multiplicado por dos la participación en los ingresos del grupo en tres años y que crece más rápido que la actividad bancaria.
"Estamos ocupando el lugar que nos corresponde como aseguradora de Santander (SAN.MC). El reto es aprovechar las oportunidades ligadas a hipotecas, al consumo en los negocios de vida, paro, incapacidad y hogar; desarrollar productos para segmentos como autónomos o comercios; y ampliar el negocio de vida ahorro", señala el ejecutivo.
El impulso del negocio de seguros ya lo inició el banco hace unos dos años y lo ha mantenido, por ejemplo, con el nombramiento Jorge Morán -que comandara la reestructuración del Abbey- como responsable de la división.
"Los seguros son muy atractivos y más ahora, cuando la actividad crediticia se ralentiza y hay un vuelco hacia el ahorro", enfatiza.
Los fondos, 'de capa caída'
Una imagen muy distinta ofrece su negocio de fondos de inversión. En el primer trimestre de este año, Santander Asset Management perdió 5.427,7 millones de euros, que representa el 11,4% de su patrimonio al cierre de 2007. Pero este abandono de inversiones no es puntual. La gestora sufre estos descensos desde que comenzó la crisis y se agudizó, sobre todo, en septiembre y octubre, cuando lanzó su emisión de bonos convertibles, con la que captó 7.000 millones.
Ahora la situación es similar, aunque el producto de ahorro cambia. Los inversores reclaman instrumentos de ahorro con protección, con lo que se está produciendo un trasvase de sus clientes de fondos a seguros. Una tendencia que ha continuado en abril, mes en el que la gestora se ha quedado sin otros 1.137,4 millones, según los datos de Inverco. "Está claro que no es momento de los fondos de inversión", explican fuentes financieras.
Sin embargo, la estrategia es distinta a la que puso en marcha el banco en la crisis de las puntocom. ¿Por qué? La situación que provocó el pinchazo tecnológico, indican las mismas fuentes, fue muy distinta a la que hoy se vive, en los que el negocio financiero está en el ojo del huracán y se pide, sobre todo, productos en los que no exista riesgo.
Entonces, el banco rojo sólo tuvo que poner en marcha un producto dentro de fondos que garantizara el capital invertido. De ahí su conocida gama de productos Super (Superselección, Supersatisfacción...), con los que logró importantes captaciones, aunque luego las rentabilidades estuvieron por debajo de lo que sube el coste de la vida.
Y ahora ha ofrecido a sus clientes un salto de productos, encaminado principalmente a su Divide y Vencerás, un seguro de ahorro estructurado en el que el 50% del capital está invertido en un depósito a dos años, que ofrece un 5,25% TAE (tasa anual equivalente). La otra mitad se vincula a la evolución de una cesta de tres índices (Eurostoxx 50, Dow Jones-AIG Commodity Index e Iboxx 1-3 Germany) y presenta, según la entidad, una rentabilidad estimada de hasta un 8% anual.