MERRILL LYNCH
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Greg Fleming se precipita por la puerta de una sala de juntas de mucho lujo en la City, donde le esperamos para realizar esta entrevista. Al presidente y director operativo de Merrill Lynch , de 45 años, se le acaban las pilas; el jetlag empieza a hacer sus efectos y necesita café, ya. En una entrevista, no duda en mostrarse optimista de cara al futuro a pesar de las enormes pérdidas del banco.
Ha pasado la noche volando en un avión desde Nueva York para dirigirse al personal del banco en la reunión plenaria del pasado miércoles. Son las 5.30 de la tarde y dispone de una hora antes de irse a toda prisa a una cena, de la que es anfitrión. El día siguiente tendrá que tomar el Eurostar para reunirse con los principales asesores financieros del banco en Francia, en un evento que lleva el insoportable título de "círculo de campeones".
Fleming se sirve el café y recuerda la vez anterior que visitó Londres, en noviembre pasado, para otra reunión plenaria. Con una mueca de dolor ante el recuerdo, describe la reunión como un "nadir en cuanto a nuestro estado de ánimo. Stan O'Neal había dimitido en octubre, John Thain no había sido nombrado aún, no habíamos movilizado capital y yo era el responsable provisional de los negocios y de la gestión de riesgo. Sin duda fue una época desafiante".
La salida de O'Neal
Merrill Lynch (MER.NY) sorprendió a los mercados en octubre, al desvelar 5.000 millones de dólares en depreciaciones por apuestas arriesgadas en activos hipotecarios de riesgo.
Aquella revelación le costó el puesto a O'Neal, entonces director ejecutivo, y los directivos del banco, liderados por Greg Fleming, se vieron obligados a acudir en masa, sombrero en mano, a una serie de fondos soberanos de inversión patrimonial para movilizar capital de emergencia. Desde entonces, las pérdidas se han inflado hasta alcanzar los 29.000 millones de dólares y el banco ha anunciado el recorte de 4.000 puestos de trabajo.
Aun así, Fleming se siente optimista de cara al futuro. Ha venido a Londres a levantar el ánimo de las tropas y conseguir que se vuelvan a concentrar y se encarrilen, tras las extremas turbulencias de los últimos nueve meses.
Nos explica lo que dijo en la plenaria que ven miles de empleados: "He dicho que hemos llegado muy lejos y hemos dejado muchas cosas detrás. He tratado de recalcar la vuelta al ajetreo cotidiano de la que todo el mundo hablaba en junio o julio del año pasado, antes de que todo tomara una dirección distinta. Es importante que la gente sepa que creemos estar en posición de ser ofensivos y desarrollar el negocio".
Una recuperación rápida de la crisis
Este veterano, con 16 años a sus espaldas en Merrill Lynch, defiende el violento ajuste de tremendas amortizaciones, seguido tan rápidamente de una movilización intensiva de capital. Esto le hace confiar plenamente en que la recuperación será más rápida esta vez que en crisis anteriores. "El hecho de que se pueda amortizar tanto y devolver el capital en un periodo de tiempo tan corto me lleva a ser más optimista", asegura el presidente de Merrill Lynch .
Por lo menos, puede estar seguro de su propio puesto. La llegada de Thain levantó interrogantes sobre el futuro de todos los altos directivos de Merrill Lynch, incluido Fleming. El nuevo director ejecutivo ha traído consigo a varios empleados externos a la empresa pero reafirmó el estatus de Fleming.
Greg ha asegurado en diferentes ocasiones que utiliza las palabras de Thain al responder a preguntas sobre cuestiones delicadas, como la especulación de que Merrill tenga que volver a los fondos soberanos de riqueza de Singapur, Kuwait y Corea del Sur. "John Thain ha dejado muy claro que disponemos de suficiente capital y no necesitamos movilizar más patrimonio en un futuro previsible. Cuando movilizamos capital en enero, teníamos mucha demanda y por esa razón fuimos más allá de lo que necesitábamos".
Los fondos soberanos
Fleming no alberga dudas sobre el valor de la intervención de los fondos soberanos de patrimonio, puesto que inyectaron efectivo más silenciosamente de lo que podría haberse conseguido a través de una institución convencional. "Muchos fondos soberanos realizan un análisis detallado antes de dar el paso, pero cuando están listos, aceptan las cantidades necesarias dado el alcance de los problemas. Han sido un factor significativamente positivo y por esa razón creemos que ha habido menos ruido político en Estados Unidos de lo que habría sido de esperar".
Fleming está convencido de la recuperación de los mercados financieros y habla de un resurgimiento de las fusiones y adquisiciones, aunque manifiesta que este escenario no se dará hasta dentro de unos seis meses. "Lo que hace falta son entidades bien capitalizadas, capaces de llevar a cabo las operaciones. A medida que abordemos esta situación, dispondremos de cada vez más de ellas y a continuación se producirá un remonte considerable, no después, calculo, de unos seis meses".
Greg Fleming se muestra circunspecto en cuanto a la probabilidad de consolidación de los cuatro grandes bancos de Wall Street. "Sólo quedan Goldman Sachs, Morgan Stanley, Lehman Brothers y Merrill Lynch , por lo que estamos hablando de cultura, adaptación, etcétera".
Ni se inmuta
Fleming no se inmuta al mencionar las normas de contabilidad que obligaron a los bancos globales de inversión a recortar duramente el valor de sus títulos de crédito, incluso si los activos subyacentes quedasen intactos. "Podría defenderse que el ajuste al valor de mercado ha forzado una adaptación más rápida y ha permitido que salgamos de esto más deprisa".
"Por otro lado, el ajuste al valor de mercado de los instrumentos opacos, difíciles de tasar, presenta limitaciones y nos hemos topado con ellas en esta crisis de los créditos. Sin embargo, al haber argumentos a ambos lados, prefiero esperar y analizar el resultado antes de culpabilizar a la contabilidad de los ajustes al valor de mercado", dice Greg.
El banco posee el 49 por ciento de Blackrock, un gestor de activos "blue chip" y asegura que los negocios clientes como la asesoría de fusiones y adquisiciones y la suscripción patrimonial son operaciones de alto rendimiento de activos. El negocio de origen de hipotecas ha desaparecido, aunque Merrill Lynch sigue ofreciendo servicios hipotecarios a otras entidades de préstamo.
El banco americano, que cumple 94 años, aumentará su dependencia en los mercados externos a EEUU. "El 60 por ciento de nuestros ingresos institucionales ya proceden de fuera de Estados Unidos y esa cifra alcanzará el 75 por ciento dentro de cinco o siete años", asegura Fleming. "En la gestión de riqueza queremos triplicar nuestros ingresos de fuera de nuestras fronteras en los próximos cinco años".
Preocupación entre los empleados
Merrill Lynch es conocido por recortar y quemar a la plantilla con más saña que la mayoría de sus competidores en los malos tiempos. En la época que siguió al 11 de septiembre, por ejemplo, el banco se deshizo de más de 20.000 empleados, y a continuación se las vio y se las deseó para encontrar la mano de obra necesaria para capitalizar el siguiente repunte. Fleming admite que "existe una preocupación entre la base de empleados, una sensación de haber vuelto a las andadas y John Thain y yo estamos decididos a que no ocurra de nuevo".
Cree que las peores depreciaciones ya se han acabado y que el precio del papel financiero apalancado está remontando. Aunque no se acerquen a los precios nominales, asegura que han aparecido compradores que no estaban en el primer trimestre del año.
Toca, según sus propias palabras, volver la espalda al nubarrón que se avecina, y mientras lo dice, Greg Fleming casi ha traspasado la puerta de la sala en la que nos encontramos. Termina con un golpe de gracia: "Ahora me voy a vender esperanza", una frase que pronuncia esbozando una irónica sonrisa.
© The Times