Empresas y finanzas

Crisis en la Sareb: el número dos dimitirá por discrepancias con la presidenta

Walter de Luna junto a Belén Romana. Imagen: Elisa Senra

El director general de la Sareb, Walter de Luna, y el director de activos financieros Luis Moreno, están a punto de abandonar la gestión del llamado banco malo. La marcha de ambos ejecutivos se produce por discrepancias con la presidenta del organismo, Belén Romana, que han derivado en una situación insostenible.

Las tensiones entre la presidenta, con un marcado rol político, y el número dos de la sociedad, procedente del sector financiero, han sido constantes casi desde su nacimiento, según informa El Confidencial, sin que hasta el momento la sangre hubiese llegado al río. Pero el medio, que habla de dimisiones, asegura que el cierre del ejercicio ha llevado la situación a tal extremo que ha forzado la salida de Walter De Luna y de Luis Moreno.

"La presidenta le ha comunicado a Walter que le está buscando relevo y si bien es cierto que hay discrepancias sobre el plan del negocio de la entidad, la intención es que el relevo se haga de forma ordenada y gradual", señala por su parte una fuente con conocimiento de las negociaciones que cita Reuters. "Una cosa es montar el negocio y otra muy distinta es dirigir el negocio día a día y ahí no siempre parece haber habido coincidencia entre los dos", agrega la fuente.

Walter de Luna es licenciado en Ciencias Empresariales y en Derecho por la Universidad Pontificia de Comillas y doctor en Economía y Finanzas de la Empresa por la Universidad Complutense de Madrid. Desde el año 2000 hasta el momento de entrar en el banco malo desarrolló su carrera profesional en el grupo ING Bank, como director general en España y Portugal de ING Real State Finance.

Walter de Luna, informa el medio digital, fue propuesto por los bancos (propietarios de un 51% del capital de la Sareb) como contrapeso a Belén Romana, una mujer de claro perfil político, amiga personal del ministro Luis de Guindos.

La bicefalia existente, señala El Confidencial, se reveló imposible por el afán de control absoluto de Romana, que ha cuestionado desde el principio las decisiones profesionales de De Luna e incluso dio marcha atrás en algunas de ellas.

Entre los episodios que hicieron insostenible la relación entre ambos, el medio digital señala como Romana encargó en febrero a KPMG un nuevo plan de negocio en vez del elaborado por Álvarez & Marsal, igual que hizo en junio al tumbar la política más conservadora adoptada y apostó por aplicar mayores descuentos en los precios respecto a los establecidos.

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