
Sería una tarea del fondo de resolución europeo de entidades, pero mientras se acaba de perfilar, los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona quieren que el fondo de rescate del bloque (MEDE) tenga plenos poderes para poder financiar el cierre de entidades financieras que ya están en quiebra.
Los países europeos tratan de llegar a un acuerdo antes de que termine el año sobre la mejor forma de liquidar los bancos quebrados en el caso de que no quede otro remedio, en el marco de un ambicioso plan para crear un marco bancario y poder reflotar entidades.
La propuesta, que recoge Reuters, ha sido elaborada por los ministros de la zona euro, y parece entrar en conflicto con la opinión de Alemania, que no quiere que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) el fondo de rescate, pueda prestar dinero para financiar cualquier eventual cierre bancario, lo que anticipa la dificultad de cerrar un acuerdo al respecto. Este fondo se nutre del capital que aportan los distintos países.
Así, los ministros de Economía de los Veintiocho tratarán de alcanzar este martes un difícil acuerdo sobre la creación de una autoridad europea única responsable de liquidar los bancos con problemas y un fondo único para financiar las quiebras, el llamado fondo único de resolución. Este mecanismo es la segunda pieza de la unión bancaria, cuyo objetivo consiste en acabar con la fragmentación del crédito en la Eurozona y romper el circulo vicioso entre deuda bancaria y deuda soberana.
Pero hasta que este fondo de resolución, que se financiará con contribuciones bancarias, haya acumulado suficiente dinero, los políticos quieren otra fuente de efectivo para ayudar en una eventual quiebra.
Según la propuesta preparada para los ministros de Finanzas, el MEDE podría aportar esa financiación puente no solo durante el periodo en el que el fondo de resolución alcance su capacidad plena, sino también después.
"En la fase de desarrollo, la financiación puente estaría disponible desde las respectivas fuentes nacionales o desde el MEDE en función de cada caso y en línea con los procedimientos acordados", reza el documento al que tuvo acceso Reuters.
No obstante, el documento subraya que tal financiación puente para el fondo de resolución único -sea del fondo de rescate de la Eurozona o de cualquier fuente nacional- se emplearía sólo como último recurso y sin coste para el contribuyente. "Cualquier ayuda pública tendrá que devolverse en su totalidad, por medio de impuestos 'ex-post' en el sector financiero cuando sea necesario para que los contribuyentes no se vean afectados por el uso del mecanismo", señala el documento.
Alemania, contra el mecanismo de liquidación
La creación de una autoridad europea única responsable de liquidar los bancos con problemas y un fondo único para financiar las quiebras cuenta con el rechazo de Alemania, que encabeza la resistencia al proyecto porque teme que sea una forma encubierta de mutualizar la deuda bancaria y le obligue a asumir pérdidas de entidades de otros Estados miembros. Berlín propone como alternativa provisional una red de autoridades y de fondos nacionales.
Durante los últimos días y horas se han multiplicado las reuniones a todos los niveles para tratar de acercar posturas y cumplir el plazo de llegar a un acuerdo antes de fin de año. Así, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, convocó el pasado viernes en Berlín a sus homólogos de Francia, Italia y España, así como al comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, y al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha asegurado que todos los países están mostrando "flexibilidad". "Creo que mañana (por el martes) seremos capaces de llegar a un acuerdo", ha señalado Guindos, que ha agregado que ello sería "muy positivo" para la unión bancaria. No obstante, otros ministros como el alemán o el irlandés se han mostrado más escépticos y no han descartado que haya que convocar otro Ecofin la semana que viene.
El primer y más importante punto de discusión es quién debe asumir el poder para decidir sobre la liquidación de bancos. Una amplia mayoría de delegaciones han convergido en la opinión de que esta tarea debe encomendarse a la Comisión. Pero Berlín quiere que sea el Consejo (es decir, los Gobiernos) el que tenga la última palabra, una solución que según el resto de países no es práctica cuando haya una emergencia porque habría que reunir cada vez a los ministros.