La banca acreedora de Pescanova tendrá provisionado antes de fin de año la totalidad de los préstamos concedidos a Pescanova por un importe total de 3.000 millones de euros. Distintas fuentes financieras consultadas por elEconomista han confirmado que "está ya dotado un 50% del total y el objetivo es tenerlo todo al cierre del ejercicio".
El Banco de España obliga a que a los seis meses del primer impago se provisione el 25% del préstamo moroso; entre seis y nueve, el 50%; entre nueve y 12, el 75% y, al superar el año, el 100 por ciento. La deuda total de Pescanova se eleva a 3.640 millones de euros, pero esa cantidad incluye no sólo los compromisos financieros con la banca, sino también con proveedores, Hacienda, y los bonistas.
De acuerdo con el informe concursal elaborado por Deloitte, el primer acreedor de Pescanova es el Sabadell con una deuda de 226,7 millones de euros. A continuación se sitúan Banco Popular, con 181,9 millones; Caixabank con 177,7 millones; NGC Banco con 147,2 millones, el portugués Espirito Santo, con 129,2 millones, el alemán Deutsche Bank con 127,7 millones y Bankia con 106,8 millones de euros.
Aunque Pescanova presentó el preconcurso el pasado 1 de marzo ante la imposibilidad de obtener liquidez -se frustró la venta del negocio acuícola en Chile- y tras la negativa del consejo de administración a firmar las cuentas que presentó el anterior presidente, Manuel Fernández de Sousa, las fuentes consultadas aseguran que ya antes había créditos en situación de mora.
Con la declaración del preconcurso Fernández de Sousa trató de ganar tiempo para negociar con los bancos, pero entonces se descubrió que la deuda real duplicaba a la que se había declarado a la CNMV y apenas mes y medio después, el 15 de abril, se presentó el concurso de acreedores en un juzgado de Pontevedra.
La banca acreedora está esperando ahora a que PricewaterhouseCoopers elabore un informe sobre la viabilidad económica de la empresa -la previsión es que esté listo a finales de octubre- y, sobre todo, a que Deloitte haga una propuesta de convenio de acreedores. El principal escollo es que tanto Deloitte como el nuevo presidente de la empresa, Juan Manuel Urgoiti, consideran que hace falta una quita del 75 por ciento de la deuda, con lo que la banca perdería 2.250 millones.
Aunque cuando se firme un acuerdo, la banca ya tendrá provisionado la totalidad del pasivo, su intención es capitalizar la deuda, convertir los préstamos en acciones y tomar el control de la compañía, asumiendo lógicamente la gestión de la misma.
Al margen, en cualquier caso, de cómo se renegocie la deuda, Pescanova tendrá que acometer un reequilibrio patrimonial. Su patrimonio negativo supera ahora los 1.600 millones de euros, lo que la deja en causa de disolución. Las fuentes consultadas por este periódico explican que lo más lógico es que Deloitte plantee una operación acordeón.
Reequilibrio patrimonial
La idea es hacer una reducción de capital a cero y posteriormente llevar a cabo una ampliación. Es una medida de saneamiento financiero que permite la eliminación contable de la pérdidas obtenidas como un paso previo a la obtención de nuevos fondos propios. El problema de Damm y Luxempart, que controlan conjuntamente un 12 por ciento de la compañía, es que si quieren mantener el mando de la misma, con Urgoiti en la presidencia, van a tener que hacer una nueva inyección de capital para no diluirse.
Otra cosa bien distinta es lo que suceda con Fernández de Sousa, que controla actualmente un 7,5% y que no tiene recursos financieros para evitar su dilución. Su situación además es mucho más complicada porque está pendiente de un embargo por parte de la Audiencia Nacional por un importe de 350 millones de euros, si se suma la fianza de 178 millones que le impuso a título individual y las cauciones que se fijaron para sus sociedades patrimoniales.
Oferta de Dr. Oekter
Tanto Deloitte como Urgoiti tendrán, en cualquier caso, que buscar nuevos fondos o empresas que inyecten capital. Juan Roig, el presidente de Mercadona, ha declinado ya la propuesta de la compañía.
En total hay 18 fondos interesados, según el informe concursal, entre los que están Fidelity y Centerbridge. Fuentes financieras aseguran que también habría interés por parte del grupo de congelados alemán Dr. Oekter, propietario de un 25 por ciento de Damm. "Está difícil porque ha hecho una oferta muy baja para tomar el control y parece complicado que se vaya a aceptar", explican estas fuentes. En el entorno de Damm se niega sin embargo que haya tal propuesta.
Entre los acreedores, se ha quedado también atrapada, por otro lado, la Administración Tributaria, con un impago de 18,8 millones de euros. Nada más que la compañía solicitó el preconcurso el pasado mes de marzo, los inspectores de Hacienda abrieron ya una investigación para esclarecer los compromisos que la empresa tenía pendientes con el fisco, que fueron comunicados posteriormente a Deloitte, como administrador concursal. La cuestión es que el fisco, como el resto de los acreedores, tendrá muy difícil poder cobrar el importe pendiente.
Unos y otros tendrán que esperar ahora a que Pricewaterhouse presente un plan de negocio para garantizar la viabilidad de la empresa. Salvo sorpresa, éste incluirá en principio la necesidad de vender activos para poder seguir adelante y atender todos sus compromisos.