"Lo importante es avalar con resultados la confianza de los accionistas de Jazztel"

Es un español criado en las antípodas. De niño, José Miguel García viajó al lado opuesto del planeta y allí se hizo ingeniero superior en electricidad y electrónica y al tiempo que se hacía un hombre se hacía un nombre. Su biografía hasta llegar a CEO de Jazztel está vinculada a Cable & Wireless, compañía donde ha ocupado los más variados destinos. Enamorado de la vela , su verdadera pasión son sus dos hijos, a los que marca el rumbo.

Un trotamundos de las 'telecos', ¿por qué se para en el aquí y el ahora en España?

Porque considero que después de recorrer profesionalmente 16 países en iniciativas de telecomunicaciones de toda índole, estimo que Jazztel es un proyecto muy atractivo y también muy necesario. Y creo que yo puedo aportar cosas para crear valor para los accionistas.

¿Ser accionista de Jazztel es un acto de fe?

Los accionistas de Jazztel creen en esa presencia necesaria de la empresa en el mercado español y también creen en la estrategia que proponemos y en el enfoque que hemos dado al negocio. Lo importante ahora es que lo avalemos con resultados.

¿Luchar en un mercado de gigantes desde un tamaño muy inferior requiere astucia o fuerza?

España tiene todavía muchísimo recorrido en la banda ancha y en telecomunicaciones. Hemos montado una buena plataforma de activos y un excelente equipo, y a mí lo que me toca es ponerme al frente y liderar la creación de valor para los inversores.

¿Los ejecutivos del sector de las 'telecos' están hechos de otra pasta diferente?

Creo que hay que tener un alto grado de convicción, ser transparente y saber comunicar al mercado y a los accionistas cuáles son la estrategia y los objetivos. No sé si eso es privativo del mundo de las telecomunicaciones o es cuestión que afecta a todos.

¿Los que viven en el éter tienen tiempo de bajar a tierra, de leer un libro...?

Claro. Ahora estoy leyendo el útltimo de Greenspan, otro sobre el Dos de Mayo que me ha regalado un amigo escritor y un tercero sobre la aventura de una navegante solitaria que dio la vuelta al mundo en velero.

¿Y alguien que ha nacido a orillas del Manzanares, cómo se interesa por el mar?

Durante los 17 años que estuve en Australia vivía prácticamente en el mar. De ahí me viene. Cuando me fui a Panamá, pesó mucho que era un país que tenía costa al Pacífico y al Atlántico y a sólo 60 kilómetros. La vela exige disciplina, rumbo claro y armonía con la tripulación. Eso es la vida ¿no? Y luego también deja un amplio espacio al azar.

La mayoría de los altos ejecutivos sienten que traicionan a la familia. ¿Es así?

En Jazztel yo puedo marcar una carta de navegación con precisión, y no hay cambios de rumbo bruscos; sin embargo, a los dos hijos fenomenales que tengo se les puede fijar también el rumbo, pero los vientos de la vida son más imprevisibles y más arrachados y hay que estar aún mas vigilantes, más atentos, para hacerlos felices.