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De las últimas 20 OPVs que quedan vivas en el mercado español, sólo Enagás atesora un nivel de revalorización similar. Astroc sube más del 160% desde su debut. Hoy supera los 2.000 millones de euros de capitalización e ingresa en el 'Top 50' mundial de empresas inmobiliarias. Enrique Bañuelos también está contento en su nuevo club.
"Si me pinchan no me encuentran sangre. Sigo alucinando, permítame la expresión, y recomendando lo mismo: no venda mientras no haya un cierre por debajo del mínimo del día anterior", escribe hoy Carlos Doblado, analista de Bolságora, sobre Astroc en la páginas del diario elEconomista. Es una de las opiniones más extendidas en el mercado y los corrillos bursátiles: la de Astroc ha sido una colocación en bolsa sorprendente, hasta llegar al punto de lo inexplicable.
Tras el pésimo comportamiento de Parquesol Inmobiliaria en sus primeros pasos en la bolsa (llegó a caer más del 5%), las esferas de opinión financiera se volvieron críticas en extremos y auguraron otro tropiezo. El mercado no quería ver otro fracaso. Pero nada más lejos de la realidad. Astroc ha roto cualquier tipo de quiniela o pronóstico.
Debutó desde los 6,4 euros y hoy cotiza en 16,7 euros, lo que le han llevado a incrementar su valor desde 775 a los más de 2.000 millones de euros actuales. Con ese valor se ha visto aupada al 'Top 50' mundial de inmobiliarias en bolsa, según datos ajustados a euros. En ese ránking están también Metrovacesa, Inmocaral, Urbis, Fadesa o Testa Inmuebles, la filial de Sacyr Vallehermoso.
Nadie la sigue, de momento, en el mundo del análisis financiero, lo que cual no es precisamente un buen punto de partida para el pequeño inversor. Sus colocadores fueron firmas poco habituales en esto de la venta pública de acciones: Caja Madrid Bolsa, Banco Sabadell, Bancaja y Riva y García.
Ya es la OPV del siglo XXI
De las últimas 20 OPVs que quedan vivas en la bolsa española (algunas ya se retiraron o desaparecieron con rentabilidades negativas como Móviles o Recoletos), sólo Enagás consigue mantener unos niveles de revalorización similares con una escalada del 164% desde el precio de la OPV, que no cuenta el reparto de dividendos que sí ha repartido el gesto de la red de gas y no la inmobiliaria.
Para llegar a ser la mejor OPV (por encima de Telecinco, Fadesa, Grifols, GAM y todas las demás) ha tenido que registrar un rendimiento récord: desde el pasado 23 de mayo ha cerrado con caídas sólo en cinco sesiones de bolsa. Un comportamiento sólo equiparable a los periodos alcistas de valores del fixing como Tafisa, Inbesos o Prim, que subían por la ausencia de acciones a la venta y la negociación quedaba estrangulada. Astroc, aunque cotiza en el mercado continuo y es bastante más grande los 'chicharros, puede padecer una enfermedad similar y sufre bruscos tirones por la presión de la ausencia de papel.
El secreto: pocas acciones sueltas
Su presidente y propietario, Enrique Bañuelos, vendió alrededor del 20% del capital en la OPV y un 10% adicional en las semanas posteriores. El día del debut aseguró que sacaría más papel, hasta un 25% más, a cotizar. Nada de eso calmó al mercado en su hambre de acciones de Astroc. La entrada de potentes institucionales en el capital de Astroc, como Banco Sabadell o Caixa Galicia, desde el inicio, o la familia Godia (Abertis) o los Nozar (Inmocaral) han hecho el resto. En realidad sólo cotiza libremente en bolsa menos de un 10% de las acciones.