
La masiva afluencia de turistas en las playas andaluzas no ha supuesto un aumento del consumo en los chiringuitos, que han mantenido sus ventas respecto al pasado año y, en algunas zonas, más dependientes del turismo nacional, incluso han acusado un descenso en la facturación.
El presidente de la Federación Andaluza de Empresarios de Playas (Faeplayas), Norberto del Castillo, ha explicado aunque este verano se observa una gran asistencia de público en las playas, no ha repercutido en sus negocios.
En las zonas turísticas con un mayor peso del turismo internacional las ventas "más o menos se están manteniendo" en relación a 2012, mientras que en Huelva, Almería y algunos puntos de la Costa del Sol con más cuota de visitantes españoles el consumo en los establecimientos de hostelería ha bajado.
Menos comidas fuera
Este año "los proveedores venden menos a los restaurantes", lo que implica que residentes y turistas comen más en sus casas y apartamentos, y "los supermercados han subido sus ventas", ha aseverado.
Pese a las dificultades que supone para el sector una crisis que se prolonga ya más de cinco años, la "parte positiva" es que "la gente sigue necesitando las vacaciones, el sol y la playa", por lo que confía en que cuando la economía se recupere, también lo haga la actividad de estos negocios.
La razón de esta elevada ocupación es que "estar muchas horas en la playa es gratis o sale más barato que estar en otros sitios", unido a que están en buen estado y a que las medusas "han respetado" a los bañistas, a diferencia de años anteriores.
En la demanda de hamacas, los empresarios no han detectado cambios porque, por lo general, quienes las alquilan las amortizan, ya que pasan todo el día en ellas, ha referido.
En Andalucía existen cerca de 2.000 concesiones de playa -de las que unas 900 son chiringuitos-, que emplean a 40.000 personas, según los datos de la Federación.