El último ejercicio de revisión de las refinanciaciones, impuesto por el Banco de España para sacar de los cajones operaciones dudosas, ha obligado a la banca a provisionar 5.065 millones de euros en el primer semestre. Esa cuantía es asumible para un sector que lleva cargado sobre sus espaldas casi 200.000 millones en dotaciones y refuerzo de capital desde 2008, pero en términos relativos implica reconocer que faltaba un 19% más de recursos en el colchón para cubrirse frente a potenciales impagos en operaciones diseñadas en apariencia para dar opciones al cliente a hacer frente al pago de la cuota.
Los bancos que han reclasificado su cartera bajo los nuevos parámetros exigidos por el supervisor admiten 162.338 millones en refinanciaciones y reestructuraciones de préstamos a final de junio. Es decir, han aflorado 10.457 millones extras en este tipo de operaciones en comparación con los 151.884 millones declarados por el mismo grupo de entidades a final de 2012.
En este cálculo figuran los grandes grupos, salvo Sabadell, que aún no ha detallado las cifras a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), junto Bankinter, Liberbank y Catalunya Banc. Faltan también por conocer la evolución en las carteras del futuro grupo Unicaja-Ceiss e Ibercaja-Caja3, en Kutxabank, Novagalicia y BMN. Las entidades pendientes coparon una cuarta parte de los 208.0000 millones en refinanciaciones computados por el Banco de España en 2012, de forma que el análisis inicial recoge qué ha ocurrido con el 75 por ciento del sistema financiero.
Las entidades disponen de margen. El supervisor les concedió hasta el 30 de septiembre para revisar y reclasificar la cartera, aunque la mayoría ha acelerado el proceso en un intento de despejar incertidumbres sobre la nueva tarea de cara a los mercados. Algunas, como Banco Santander o Popular, dan por prácticamente hecha la tarea; y otras admiten no haberla finalizado.
Los datos analizados enseñan varios efectos. En primer lugar, que faltaban operaciones por etiquetar bajo el cartel de refinanciaciones o que su incidencia ha ido a más. Los 10.457 millones aflorados supone engordar en un 6,88 por ciento el saldo de refinanciaciones declarado seis meses atrás. En segundo lugar, aumenta la bolsa de transacciones dudosas en 14.425 millones y se eleva a 67.867 millones. Gran parte son operaciones calificadas previamente como subestándar, o de aconsejable dotación por pertenecer a un cliente o sector en dificultades, y de las normales, donde la capacidad de cobro no se cuestiona.
Los morosos suben un 26,9%
El trasvase puede explicarse porque el banco fue demasiado laxo en su calificación o porque las nuevas reglas son más estrictas. No en vano, lo que hace el supervisor en abril es fijar criterios hasta ahora inexistentes sobre cómo clasificar una refinanciación para evitar que se maquillen créditos de difícil cobro bajo la apariencia de sanos, y obliga a revisar la adecuación de toda la cartera a esos parámetros. Para conservar el calificativo de normal exige, por ejemplo, que la deuda no consuma más del 50 por ciento de los ingreso del cliente.
La reclasificación no es inocua para el banco, ya que un crédito normal está exento de provisiones, frente a la carga del 15 por ciento exigible en las subestándar y que llega al 100 por ciento en los dudosos. El Ministerio de Economía se apresuró a acotar en 10.000 millones el esfuerzo extra en provisiones y en 2.000 millones el impacto en capital derivado de esta tarea, ante los renovados miedos de que provocase el enésimo boquete en el golpeado balance de la banca.
Los últimos datos revelan que las entidades han elevado las provisiones sobre refinanciaciones del 17,38 al 19,38 por ciento en seis meses. Las suben todas hacia un umbral que oscila entre el 15,24 de Bankinter y el 27,96 por ciento del Liberbank, guarecido por el esquema de protección de activos de CCM.
Un 41,88 por ciento de la cartera total o 67.867 millones se reconoce como morosos, frente al 35,18% notificado en diciembre. Las dudas, si quedan, es sobre el 58,12% restante: un 37,48% ó 60.844 millones son normales y 33.630 millones subestándar ó el 20,71% restante.
La foto final no se sabrá hasta completarse la tarea en septiembre, pero las refinanciaciones suponen ya más del 14% de todo el crédito al ser la reestructuración de deuda una práctica habitual para dar oportunidades de pago a clientes cuando su economía flaquea.