
Sus compradores podrán ahora subrogarse en la hipoteca del promotor con tipos subvencionados. Fomento excluye de esta facilidad a las casas protegidas transferidas por los bancos a la Sareb.
En Torrent (Valencia), una treintena de adjudicatarios de viviendas de protección oficial (VPO) llevan meses sufriendo atónitos un cambio de reglas por la evacuación de su promoción inmobiliaria al banco malo o Sareb. Sus pisos estaban acabados y listos para entrar a vivir, pero si firmaban la compra debían hacerlo con hipotecas a condiciones de mercado, sin posibilidad de subrogarse en el crédito con intereses inferiores otorgado en su día al promotor por Bankia. En las prisas por constituir el banco malo bajo el apremio de Europa, el legislador olvidó dar respuesta a dicha contingencia, que tiene atrapados a los vecinos de Torrent y a otros muchos en promociones protegidas similares.
El Gobierno volvió ayer a regular para resolver la enésima dificultad con que tropieza la Sareb en su operativa. El Consejo de Ministros aprobó atribuirle la condición de entidad colaboradora en la gestión de ayudas de los planes estatales de vivienda. Dispensa que permitirá al vehículo presidido por Belén Romana hacer cumplir el compromiso adquirido en su día por la entidad financiera que financió la promoción de protección oficial, pero de manera limitada e indirecta.
La garantía facilita que los beneficiarios de pisos protegidos se subroguen en el préstamo del promotor en manos ahora de la Sareb. En el caso de Torrent, los particulares atrapados por la falta de previsión legal podrán exigir las condiciones fijadas en el préstamo del promotor y Bankia tendrá que aceptarlo siempre que reúnan las condiciones de solvencia exigible a cualquier cliente para otorgarle un crédito.
Restituir las ayudas
Pero no será directo, la Sareb deberá ceder primero al banco esa parcela de crédito -la parte correspondiente al cliente que se subroga-, que saldrá así de su perímetro.
Se salva un escollo complicado. Las subrogaciones se han convertido en un dolor de cabeza para la Sareb. Como no es banco no puede financiar ni asumir el cambio de titular. Y las entidades que le cedieron los préstamos del promotor se resisten a reconocer las condiciones al comprador del piso, obligándole a buscar hipotecas más caras. Una razón, que se agrava en las nacionalizadas Catalunya Banc y Novagalicia, es que Bruselas les obliga a reducir su cartera de crédito y les impide financiar fuera de sus territorios de origen.
La Sareb está promoviendo soluciones individuales en términos generales. La decisión del Gobierno de ayer da respuesta genérica a la incidencia en protección oficial, aunque de forma limitada.
Y es que sólo garantiza la subrogación a aquellos que formalicen el préstamo en los próximos meses. Cuando el Real Decreto-Ley que regula la dispensa entre en vigor, el banco originador del préstamo dispondrá de un mes para remitir al Ministerio de Fomento su conformidad con la subrogación. El beneficiario contará con dos meses adicionales para formalizar el crédito, una vez que Fomento lo autorice.
En la práctica, limita el beneficio a edificaciones ya construidas y listas para entregar, dejando irresoluble las formalizaciones pendientes cuando expire el plazo. Ocurriría en promociones inacabadas, aunque su incidencia debería ser menor. Los préstamos para viviendas protegidas en manos de la Sareb son "pocos", indican en esta sociedad.
La normativa beneficia a las familias adjudicatarias al restituirles el derecho a las ayudas y a los promotores, que podrán dar salida a pisos invendibles hasta ahora ante la incertidumbre sobre la capacidad de aprovechar las ayudas.
Favorece al promotor
Las hipotecas asociadas a viviendas protegidas disfrutan de tipos bonificados. La alternativa, sin dicho reconocimiento, era acudir al mercado, donde los nuevos préstamos carga un diferencial sobre el euribor de 2 y hasta 3 puntos porcentuales, susceptibles de duplicar el precio del préstamo protegido.
En sus escasos seis meses de funcionamiento y construida de la nada, la Sareb se ha enfrentado a innumerables desafíos y dificultades. Entre ellas, el disgusto de asumir un agujero de más de 400 millones por el concurso de acreedores de Reyal Urbis y Renta Corporación por su exposición crediticia a las inmobiliarias. A pesar del varapalo, podría salirle rentable porque la deuda es muy superior -sólo en Reyal Urbis asciende a 710 millones-, y la compró a los nacionalizados con descuentos del 50 por ciento.
Para evitar sustos adicionales, el Gobierno legisló en marzo para evitar que la sociedad sea la última en cobrar las deudas en caso de que quiebre una inmobiliaria.
La Sareb encara estas dificultades al tiempo que avanza en la venta de activos. Hasta julio ha colocado 1.800 propiedades por 137 millones de euros. Su saldo se dispara con el cierre de varias carteras de inmuebles a inversores mayoristas (proyecto Toro, Bermudas...).