Resulta casi una opinión generalizada. Los departamentos de regulación de las grandes eléctricas, así como las patronales de los distintos sectores han miostrado su malestar por la forma en la que se está dando a conocer la reforma eléctrica, pero sobre todo por los escasos plazos que mantiene para poder presentar sus alegaciones a la misma.
El Gobierno ha enviado un ingente volumen de documentación en apenas una semana y espera que en un plazo de 10 días se presenten las correspondientes alegaciones a la moribunda Comisión Nacional de Energía.
En muchos de los casos, las patronales han optado por pedir ayuda y para ello han enviado un correo electrónico a sus asociados para comunicarles los documentos y poder recibir comentarios sobre los cambios legislativos propuestos por el Ministerio de Industria.
En algunos casos, a los que ha tenido acceso este diario, no ha dolido prendas en calificar el modo de presentación como una "tomadura de pelo".