Empresas y finanzas

Los Sanahuja, obligados a mover ficha en Metrovacesa

La CNMV aprueba la contraoferta del presidente de la inmobiliaria y fuerza a Cresa a retirarse o igualar la opa

MADRID. La guerra de opas que vive el sector inmobiliario también toca de lleno a la mayor empresa del sector, Metrovacesa. La batalla por el control de la compañía, protagonizada por el presidente, Joaquín Rivero, y los principales accionistas, la familia Sanahuja (a través de Cresa) se saldó ayer con una victoria parcial de Rivero.

La CNMV decidió autorizar la oferta que el presidente de Metrovacesa, junto a su amigo y accionista Juan Bautista Soler, lanzó sobre el 26% del capital social, a un precio de 80 euros por acción, pocos días después de la opa de Cresa.

El organismo regulador del mercado entiende los términos de la operación "ajustados a las normas vigentes" y considera "suficiente" el contenido del folleto tras la documentación adicional aportada.

De este modo, Metrovacesa tiene ante sí formalmente dos operaciones: la de Rivero y la de la familia Sanahuja (propietarios de un 24,29%), que se dirige a un 20% adicional del accionariado a 78,10 euros por acción. La CNMV ya ha autorizado la opa de Cresa.

Se abren nuevos escenarios

El escenario que se abre ahora es el siguiente. El consejo de administración de la inmobiliaria deberá reunirse durante la próxima semana y decidir si aprueba o no la oferta de Rivero. La de los Sanahuja fue rechazada por unanimidad por el máximo órgano de gestión de la empresa el pasado 16 de mayo.

Tras el veredicto del consejo, y después de que se publique el primer anuncio de la oferta, se abrirá el plazo de aceptación de las dos opas. A partir de ahí, cada uno de los ofertantes tendrán de plazo cinco días hábiles bursátiles para presentar en sobre cerrado eventuales mejoras a sus propuestas.

Ninguno de los dos bandos quiso hacer ayer declaraciones sobre sus intenciones futuras de subir o no el precio. "Quien tiene que mover ficha es Sanahuja, no el presidente", afirmaron fuentes cercanas a Joaquín Rivero.

Sin embargo, no es probable que el mayor accionista de la inmobiliaria mejore su oferta, ya que en ese caso tendría que lanzar una opa sobre el 100% de la inmobiliaria (al igualar la oferta de Rivero, que es por el 26% del capital, superaría el límite del 50% fijado por la ley). Una opción a la que siempre se han declarado contrarios.

La otra alternativa que les quedaría sería unirse a la oferta de Rivero, lo que se traduciría en una retirada de la batalla. Y la guerra la habría ganado Rivero.

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