La Comisión Europea ha planteado este viernes armonizar en la UE el plazo de liquidación de las empresas en quiebra, imponiendo un procedimiento rápido, con el objetivo de facilitar una segunda oportunidad a los empresarios al tiempo que se protege el derecho de los acreedores a recuperar su dinero.
Actualmente, el tiempo necesario para cerrar una empresa en situación de quiebra varía notablemente dentro de la UE, desde los cuatro meses de Irlanda a los más de seis años de la República Checa, y en algunos países los empresarios en quiebra no puede obtener el levantamiento en absoluto, según denuncia la Comisión.
En la UE, quiebra cada año una media de 200.000 empresas, lo que resulta en la pérdida de 1.700.000 puestos de trabajo directos. Una cuarta parte de estas quiebras incluyen un elemento transfronterizo. Las diferencias entre las legislaciones nacionales en materia de insolvencia, alega Bruselas, pueden crear inseguridad jurídica y un entorno empresarial hostil.