"Hemos cerrado el ejercicio con una deuda de 624 millones de euros, seis millones por debajo de la cifra estimada en el plan financiero entregado a los bancos en la refinanciación de 2010, un objetivo cumplido del que nos sentimos muy orgullosos y del que pocas empresas pueden alardear en la conyuntura actual", ha asegurado según ha subrayado el consejero delegado de la firma, Jaime Carbó, durante la junta general de accionistas.
El directivo ha reconocido que la deuda "es muy alta" y consume una "parte muy relevante" de la generación de caja, aunque se muestra optimista de cara al presente ejercicio.
"Gracias a las medidas internas aplicadas podemos soportar esta difícil conyuntura, somos rentables", afirmó Carbó, quien añadió que la segunda parte del año puede ser "mucho más satisfactoria con resultados que mejoren lo actual".