Los presidentes del Santander, CaixaBank y BBVA, Emilio Botín, Isidro Fainé y Francisco González, respectivamente, han coincidido en declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, les convocó los días 4 y 6 de mayo de 2012 para hablar de la preocupación que existía sobre la situación de Bankia, pero en ningún caso para tratar la salida de Rodrigo Rato de la Presidencia y su sustitución por José Ignacio Goirigolzarri, que se anunció el día 7, informaron fuentes jurídicas.
Los tres banqueros, que han comparecido durante algo más de una hora como testigos de la causa en la que se investiga la fusión y salida a Bolsa de Bankia, han señalado que en las reuniones, en las que también estuvo presente el propio Rato, se abordó las necesidades de capitalización que tenía la entidad y las ayudas que precisaría para evitar su nacionalización.
Según las citadas fuentes, el más crítico con el plan que Rato presentó el 4 de mayo, que exigía unas ayudas públicas de 7.000 millones de euros, ha sido el presidente del BBVA, Francisco González, que durante su declaración ha llegado a calificar a Bankia de "elefante en la habitación" y ha señalado que, aunque "la contabilidad es un chicle", su balance de 2011 (con unos beneficios de 309 millones de euros) no era "creíble".
Las críticas de González
El presidente del BBVA ha explicado que en un contexto en el que todas las entidades bancarias estaban sufriendo los efectos de la crisis, le sorprendieron las cuentas de Bankia, y ha agregado que le parecían insuficientes los 7.000 millones con los que Rato preveía que se solucionarían los problemas de Bankia.
González explicó que el expresidente de Bankia era excesivamente optimista en sus valoraciones y previsiones y dijo que discrepaba con él en aspectos como el considerar como activo los créditos fiscales.
González también dijo que, en su opinión, Rato rechazaba un rescate mayor al que preveían sus planes porque eso suponía su salida de la entidad. Sobre las fusiones estudiadas por el equipo de Rato, el presidente del BBVA aseguró estas eran inviables y que no hubiesen resuelto el problema.
Botín: era necesario poner más dinero
En la misma línea se ha pronunciado durante su comparecencia el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, que ha asegurado que en las dos reuniones mantenidas con De Guindos y Rato expresó su opinión de que era necesario poner mucho más dinero, en torno a los 15.000 millones.
Botín, que ha negado que se hablara de la dimisión de Rato, que se produjo al día siguiente del último encuentro, ha subrayado que éstos tuvieron lugar cuando España "estaba al borde del rescate" y que por ello no le extrañó la convocatoria.
El presidente de Santander ha declarado que su postura en las reuniones fue que la entidad presidida por éste necesitaba una ayuda pública rápida y "masiva". Por ello, ha justificado que, en aquel momento, la mejor solución fue la propuesta del ministro de emprender una rápida capitalización de la entidad, a la que finalmente se le terminó inyectando una cantidad de unos 22.000 millones.
Esa posición volvió a trasladarla en la reunión del día 6, a la que, como en la anterior, tampoco acudió el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez, extremo que a Botín no le extrañó, han señalado las fuentes consultadas.
Fainé defendió a Rato
El último de los testigos en declarar hoy, el presidente de CaixaBank, Isidro Fainé, ha dicho por su parte que él no creía que Bankia tuviera problemas de viabilidad, pero ha admitido que la entidad "preocupaba" en el mercado.
Fainé, según las fuentes jurídicas consultadas, ha sido de los tres banqueros que han declarado hoy como testigos el que más ha defendido la gestión de Rato y ha llegado incluso a avalar el plan elaborado por el expresidente de Bankia. El presidente de CaixaBank explicó que la situación en abril y mayo de 2012 era "muy compleja" y que los mercados internacionales estaban muy preocupados.
Fainé también ha respaldado las estrategias de fusión con otras entidades estudiadas por el equipo directivo de Rato. Ha reconocido asimismo en este sentido que antes de la creación de Bankia se planteó la fusión de La Caixa y Caja Madrid pero igual que se estudiaron otras posibilidades.
En cuanto a las reuniones con De Guindos, Fainé dijo que no le sorprendió que en ellas no estuviera presente el entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien en su declaración ante el juez Andreu el pasado 14 de febrero aseguró que el Banco de España había perdido el control de la crisis de Bankia a favor del Ministerio de Economía.
Investigación judicial de Bankia
Los tres banqueros comparecen como testigos en la causa en la que se investiga la fusión y salida a Bolsa de Bankia, a petición de Unión Progreso y Democracia (UPyD), que ejerce la acusación popular en el procedimiento.
La formación pidió al juez que tomara declaración a los responsables de los tres bancos para explicar el "contenido" de los encuentros que mantuvieron con De Guindos los días 4 y 6 de mayo de 2012 y los que celebró con el todavía presidente de la entidad nacionalizada.
Estas reuniones, reveladas por De Guindos en la declaración por escrito que envió al juez instructor, se produjeron después de que el 4 de mayo Rato presentara su último plan de viabilidad para la entidad y antes de que el día 7 se hiciera pública su dimisión como presidente y su sustitución por José Ignacio Goirigolzarri.
En la petición de comparecencias, UPyD argumentaba que De Guindos no detalló "las razones, lugar y motivos" de estos encuentros ni los explicó con "detalle", tal y como le había pedido esta parte.
El ministro indicó que las reuniones "se enmarcaban en los contactos habituales que tenía con los responsables de las principales instituciones financieras españolas para analizar la situación del sistema financiero, la crisis de la zona euro, la evolución y perspectivas de la economía nacional e internacional, las principales variables financieras, en particular la evolución del crédito y acceso a la financiación, y las iniciativas legislativas europeas con impacto en el sistema financiero".
"Trámite poco creíble"
UPyD señalaba que "nada" dijo el ministro "sobre el objeto concreto de tales reuniones ni su contenido" y trató de presentarlas como "de mero trámite" a fin de "comentar cuestiones generales, como la evolución de la economía nacional, las principales variables financieras... etc".
A juicio de esta parte, además de la "evidente falta de información sobre el contenido concreto de tales reuniones, lo cierto es que el supuesto carácter ordinario (o poco menos que burocrático) de tales reuniones resultaba poco creíble y casa muy mal con las circunstancias excepcionales que el propio Sr. ministro refiere en su escrito".
"No parece desde luego habitual que los cuatro presidentes de las cuatro principales entidades financieras españolas (todas ellas sistémicas) se reúnan dos veces seguidas en el escaso periodo de dos días y que además la segunda de tales reuniones tenga lugar un domingo, en el despacho oficial del propio Sr. De Guindos", aseguraba la formación.
Tras indicar que la presencia de los tres banqueros en ese encuentro no parece "casual o fortuita", habida cuenta de que coincidieron con la crisis de Bankia, UPyD señalaba que la respuesta de De Guindos contrasta con las que hicieron Rato y el exgobernador del Banco de España Miguel Angel Fernández Ordóñez, que atribuyeron a las "autoridades económicas" el rechazo del último plan de viabilidad presentado por la dirección de Bankia.
De igual modo, la acusación popular consideraba que no resulta "corriente o muy ortodoxo" que De Guindos "reuniera en una misma sala y en tan breve plazo de tiempo" al "responsable de la entidad financiera más problemática del país, cuya viabilidad estaba entonces en cuestión" y "sus tres principales competidores, cuya participación en la reunión dista mucho de ser clara".