MADRID (Reuters) - El enfrentamiento frontal entre los auditores, los gestores y algunos de los principales accionistas de Pescanova parece dirigir inevitablemente a la empresa a una situación de insolvencia que va más allá de la viabilidad de la empresa.
La sociedad, que a septiembre de 2012 declaraba beneficios netos de 25 millones de euros con una facturación de 1.150 millones de euros, anunció el jueves de madrugada su decisión de solicitar concurso voluntario argumentando que no podía alcanzar a corto plazo un acuerdo con sus acreedores.
Diversas fuentes implicadas en el proceso argumentan, sin embargo, que el desencadenante de la situación viene provocado por la decisión del auditor - que en los diez años anteriores no introdujo salvedad alguna en las cuentas - de no firmar las cifras de 2012 y la división en el consejo, ya que la compañía aún contaba con un margen de tres meses para negociar con los bancos.
"Lo de que no pueden llegar a un acuerdo con la banca es una excusa, porque ni siquiera se han sentado con nosotros ni nos han dado lo que les hemos pedido para refinanciar", dijo una fuente de uno de los bancos acreedores que explicó que solo hubo una reunión de preconcurso con los bancos en la que PESCANOVA (PVA.MC)dijo que estaba preparando la documentación.
La sociedad ya había presentado hace unas semanas un preconcurso -que le daba entre tres y cuatro meses de margen para negociar con los bancos- tras no conseguir que sus auditores durante los últimos diez años -BDO Audiberia- rehusasen firmar las cuentas de 2012, una circunstancia que abrió el enfrentamiento directo entre diversos miembros del consejo y accionistas.
En una maratoniana reunión de urgencia de su consejo, el dividido órgano directivo de la empresa coincidió el viernes de madrugada no sólo en acogerse al concurso voluntario sino también en la destitución de BDO y el nombramiento de un auditor "forensic" especializado en determinar hipotéticos fraudes contables.
Una fuente próxima a la compañía explicó el viernes que el grupo estaba ultimando una demanda contra BDO que escenifica definitivamente un desacuerdo en el que ha habido cruces de acusaciones más o menos velados.
DISPOSICIÓN BANCARIA
Para atender unas necesidades de tesorería que en el grupo son particularmente importantes en el primer trimestre del año y tras el cierre de algunas líneas de crédito de antiguas cajas nacionalizadas, la sociedad se encontró con reticencias de sus bancos acreedores, que exigieron las cuentas del año y un plan de reestructuración en el contexto de crisis económica y restricciones crediticias.
"Siempre hemos dicho que estamos totalmente dispuestos a buscar una solución pero no nos han dado las tres cosas que hemos pedido: ni las cuentas, ni los números de deuda ni un planteamiento de refinanciación", dijo la fuente bancaria.
Aunque la última deuda consolidada declarada ronda los 1.600 millones de euros a septiembre de 2012, fuentes financieras aseguran que el débito del grupo asciende a 2.790 millones de euros incluyendo la deuda asociada a participadas.
Tras la solicitud de preconcurso la propia sociedad había reconocido "discrepancias" en los datos de deuda que maneja.
MOTÍN A BORDO
El regulador bursátil, que ha abierto una investigación por posible abuso de mercado, dio un ultimátum a la firma para presentar sus cuentas antes del viernes, circunstancia que también precipitó la decisión concursal.
"El preconcurso dejaba a la sociedad en una situación ya compleja y la desconfianza mutua entre el auditor y la compañía además de las peleas en el seno del consejo hacían ingobernable la situación y han provocado la drástica decisión que puede conducir a una intervención mediada y, además, abre la posibilidad de quitas", dijo otra fuente cercana al consejo.
Las reservas de los auditores dispararon el enfrentamiento entre el presidente y mayor accionista de la sociedad, Manuel Fernández de Sousa-Faro (14 por ciento) y las sociedades Damm (con un 6,18 por ciento, representada en el consejo por José Carceller), y Luxempart (5,8 por ciento, representada por François Tesch).
Las discrepancias han sido públicas a través del regulador bursátil, que ha publicado como hechos relevantes cruces de acusaciones entre los socios.
"Aquí la marejada de fondo son los problemas accionariales, que Fernández de Sousa quiere seguir al frente y hay consejeros que le quieren quitar de en medio", dijo la fuente bancaria.
La CNMV, que acaba de recibir las cuentas con las aclaraciones exigidas pero sin la preceptiva auditoría, habrá de decidir si las hace públicas o no y si impone posibles sanciones.
UN NEGOCIO SOLVENTE
Dos fuentes de la banca acreedora destacaron que Pescanova es una empresa viable: "se trata de un barco sin rumbo pero no de un barco hundido", dijo uno de ellos.
Con más de 10.000 empleados, activos de casi 2.300 millones de euros y un negocio con márgenes superiores al 11 por ciento, Pescanova buscaba desde hace meses desapalancarse ante las nuevas condiciones de mercado y entre sus propuestas a la banca se encuentra la venta de una filial de cría de salmón en Chile que analistas valoran en torno a los 200 millones de euros.
Pero a diferencia de los cientos de promotoras o inmobiliarias condenadas al concurso de acreedores y/o liquidación, Pescanova ha conseguido financiación del mercado de capitales en el pasado reciente sin grandes dificultades.
En agosto del año pasado realizó una ampliación de capital de 125 millones de euros tras emitir bonos convertibles seis meses antes por valor de 160 millones de euros para desapalancar su balance.
"No es habitual que una compañía con la capacidad de absorber financiación del mercado como demostró el año pasado se enfrente ahora a esta situación", dijo un analista que también atribuyó los problemas al enfrentamiento con los auditores.
Tras perder más de un 66 por ciento de su valor en unos días tras el anuncio de preconcurso, Pescanova capitaliza actualmente - suspendida de negociación sine die desde mediados de marzo - 168,7 millones de euros, frente a los casi 500 millones de euros de valor bursátil que contabilizaba hace apenas un mes.
/Por Carlos Ruano y Tomás Cobos/
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