Empresas y finanzas

Escándalo de la carne de caballo: las albóndigas del Ikea vuelven al menú

Las características albóndigas de Ikea regresan a su menú tras el escándalo de la carne de caballo del pasado mes, con nuevos controles en la cadena de suministro "de la granja a la mesa", dijo el jueves el director de alimentos de la compañía.

Ikea interrumpió en febrero la venta de albóndigas de su principal proveedor, Familjen Dafgard, en Suecia, después de que varias pruebas mostraran que un lote contenía carne de caballo. El descubrimiento extendía un escándalo relacionado con la carne de caballo por toda Europa que ha dañado la confianza en la amplia y compleja industria alimentaria del continente.

El consejero delegado de alimentos de Ikea, Edward Mohr, dijo a Reuters en una entrevista que sus tiendas y cafeterías en Suecia, Dinamarca y Finlandia comenzaron a vender albóndigas de nuevo el jueves. Las albóndigas de Familjen Dafgard, que provee a casi todas las tiendas Ikea en Europa, volverán a todas las tiendas hacia mediados de abril.

"Queremos tener un estándar de trazabilidad, rastrear la carne desde la granja hasta el tenedor", dijo. "Esto supone que estamos estableciendo un esquema de auditorías para los proveedores y estamos sacando ciertos elementos de la cadena de suministro, como los comerciantes".

Mohr dijo que Ikea había hecho que Familjen Dafgard prescindiera de ocho de sus 15 proveedores, incluyendo el importador de carne que contenía caballo, y un recorte del número de países que compran. La carne de caballo encontrada en las albóndigas tenía su origen en un matadero polaco.

Mohr dijo que Ikea recortaría la cadena de suministro para poder rastrear toda la carne desde sus orígenes y que los consultores externos inspeccionarían todos los mataderos de la cadena de suministro de Ikea.

Por el momento, Ikea ha introducido un régimen provisional de control de ADN para asegurarse de que los productos de carne picada que vende no contienen carne de caballo, dijo. "Se comprueba cada lote".

El escándalo de la carne de caballo en Europa comenzó en enero, cuando una prueba en Irlanda reveló que algunos productos de ternera también incluían ADN equino.

Desde entonces se ha expandido por el continente, atrapando a numerosas marcas conocidas, provocando la retirada de productos y la preocupación de los consumidores, además de investigaciones de los gobiernos de las complejas cadenas de procesamiento de alimentos de la región.

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