Empresas y finanzas

Crece el número de voces que culpan especuladores de subida precios gasolina

César R. Díaz

Toronto (Canadá), 9 abr (EFECOM).- La lógica de la administración del presidente George W. Bush sobre la imparable subida de los precios de la gasolina en EE.UU. está siendo cada vez más disputada, con un creciente número de dedos apuntando a especuladores y no al consumo.

Los precios de la gasolina están en territorio de máximos históricos. Los transportistas por carretera, uno de los sectores básicos del país y con un fuerte arraigo social, pasan por una de sus etapas más difíciles, incapaces de enfrentarse a los crecientes costos de préstamos y combustible.

Mientras el consumidor estadounidense está iniciando una verdadera revolución con respecto a lo que ha estado acostumbrado durante décadas. Los precios del petróleo han relegado al olvido a los SUV, vehículos que en el pasado dominaron el sector del automóvil.

La pasión de grandes sectores de la sociedad estadounidense por los "pickup" también está sufriendo la cruda realidad de los precios del petróleo.

Los grandes "pickup" han sido durante años los vehículos de más éxito de los fabricantes de automóviles estadounidenses y no es fácil para muchos conductores tener que abandonar estos modelos -con sus exageradas dimensiones y elevados consumos- por coches tradicionales.

Pero esto es a lo que los precios de la gasolina están forzando a la población estadounidense.

En este contexto no es extraño que un reciente artículo en la revista "Business Week" en la que se disputa la versión oficial del porqué de los precios de la gasolina esté generando una considerable polémica y atención en el país.

El artículo, publicado por Ed Wallace, un aclamado periodista económico y del motor, disputa recientes declaraciones del presidente George W. Bush y de su secretario de Energía, Sam Bodman, que los precios de la gasolina son tan altos porque la demanda está muy por encima de la oferta.

Por ejemplo el pasado 5 de marzo, en un intento de calmar el creciente furor popular sobre la gasolina, Bush afirmó que "debería ser obvio para todos que la demanda (de gasolina) está superando el suministro, lo que causa que los precios suban".

Wallace no se traga la retórica de la administración Bush y el pasado 1 de abril se dedicó a refutar al presidente y la creciente presión de Washington por aumentar la producción de etanol para aliviar la presión sobre la gasolina.

Según los datos de Wallace extraídos del brazo estadístico del propio Departamento de Energía, de hecho la demanda de gasolina en Estados Unidos ha estado cayendo desde julio del 2007.

Sin ir más lejos, en enero, Estados Unidos utilizó un 4 por ciento menos de petróleo que hace un año. En febrero, la demanda de petróleo cayó otro 3,2 por ciento.

Al mismo tiempo, la producción de petróleo en todo el mundo ha aumentado un 2,5 por ciento en el primer trimestre del año mientras que la demanda mundial ha caído un 2 por ciento.

El resultado -añade Wallace- es que la diferencia entre la producción de petróleo y la demanda en Estados Unidos ha pasado de 1,5 millones de barriles de petróleo en el 2005 a más de 3 millones de barriles hoy en día.

Wallace también cuestiona que la debilidad del dólar estadounidense pueda responder todas las cuestiones sobre la incesante subida de los precios de la gasolina en Estados Unidos.

Mientras que el dólar se ha depreciado un 30 por ciento desde el 2002 frente a las principales divisas, el precio del petróleo ha experimentado una ganancia del 500 por ciento.

Para Wallace, la verdadera razón de la dramática subida del petróleo y de los precios de la gasolina hay que buscarla en la feroz especulación.

En el año 2000, el mercado de futuros del petróleo estaba valorado en 9.000 millones de dólares. Ocho años después las inversiones se han disparado a la increíble cantidad de 250.000 millones de dólares.

Para concluir, Wallace acusa a Bush -precisamente un antiguo ejecutivo del sector petrolífero- de proteger a especuladores y la boyante nueva industria del etanol.

Con todos estos elementos no es extraño que el artículo de Wallace haya generado rápidamente un encendido debate en Internet entre aquellos en favor de las tesis del autor y los que las descalifican como otra teoría más conspiradora.

Lo que no es una teoría conspiradora es que los elevados precios de la gasolina y la aparición del etanol de maíz como sustituto está causando graves problemas para las capas sociales más vulnerables de Estados Unidos y otros países. EFECOM

crd/mla/ao

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