El Gobierno irlandés ha activado el proceso de liquidación definitiva del Anglo Irish Bank, la entidad financiera cuyo colapso obligó a este país a pedir en 2010 un rescate de 85.000 millones de euros a la UE y el FMI. La medida está encaminada a aliviar la deuda bancaria asumida por el Estado. Una vez completado, sus activos pasarán a formar parte del NAMA, el banco malo irlandés.
Ahora es el Banco Central Europeo (BCE) quien debe aprobar la liquidación pero, según apunta Bloomberg, se deberá analizar muy bien la operación: preocupa que la propuesta irlandesa pueda sentar un precedente en la zona del euro, en un momento en que otros países como España tratan de lidiar con sus propias crisis bancarias. En este punto, es inevitable pensar en ciertas entidades nacionalizadas como Bankia. ¿Podría terminar como el Anglo Irish?
En 2012, en medio del debate sobre la necesidad de provisiones de la banca española, mucho se habló sobre la posibilidad de que España pudiera ser la nueva Irlanda. Surgió el temor a que se estuviera subestimando las pérdidas potenciales del sector financiero al ignorar el coste creciente de las hipotecas a minoristas y la deuda corporativa.
Las dudas sobre el porvenir de Bankia añadieron más incertidumbre: la entidad fue intervenida en mayo de 2012 y dos semanas después el recién estrenado presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, pidió al Estado una ayuda pública de 19.000 millones de euros para poder seguir adelante.
El acuerdo del rescate bancario con Bruselas, del que muchos culparon a Bankia, pareció calmar los ánimos, pero hoy muchos siguen preguntándose si los algo más de 40.000 millones de la ayuda europea para las entidades en problemas serán suficientes para sanear el sector financiero. Los inversores están preocupados por la situación económica de España y su elevado paro, y un sector bancario que es seis veces el de Irlanda. De esos 40.000 millones, alrededor de 18.000 se destinarán a Bankia.
Tanto en España como en Irlanda los créditos a promotores demostraron ser los más tóxicos. Irlanda creó un banco malo forzando a las entidades a asumir pérdidas del 58% sobre el ladrillo y España siguió sus pasos: los activos se transfieren a la Sareb con un descuento medio del 63%.
En España, el banco malo inició el pasado lunes el proceso de venta de los activos procedentes de las entidades nacionalizadas. Como en Irlanda, las denominadas ciudades fantasma, repletas de pisos vacíos, son una de las cicatrices más visibles del crack inmobiliario que ha asolado buena parte de occidente.
En el caso de Irlanda, ha dejado un dato escalofriante: alrededor del 15% de las viviendas del países están vacías. "No hubo una planificación apropiada, no hubo un control apropiado y no hubo una regulación apropiada de las instituciones financieras". Unas palabras que pronunció en su día la ministra de Vivienda, Jan O´Sullivan, y que bien se podrían aplicar a España.
Con el fin de limpiar el legado de su burbuja inmobiliaria, Irlanda ha tomado recientemente una solución drástica: NAMA ha comenzado a destruir un bloque de apartamentos, el primer movimiento de este tipo. ¿Podría convertirse en un ejemplo para España?
Negociaciones Irlanda-BCE
El Gobierno irlandés lleva meses pidiendo al BCE que acepte reestructurar un préstamo concedido hace tres años al Ejecutivo de entonces para salvar el Anglo Irish Bank, la entidad prestamista preferida por los constructores durante el boom de este sector.
En el marco del rescate a Irlanda, el BCE concedió al antiguo tigre celta un préstamo de unos 31.000 millones de euros contra pagarés ('promissory notes') emitidos por el Gobierno irlandés, que obligan a Dublín a devolver 3.100 millones anuales hasta 2023 con un interés del 8%,
El próximo 31 de marzo Irlanda debe hacer frente a unos de esos pagos anuales, motivo por el que ha propuesto al BCE canjear los pagarés con deuda del Estado a largo plazo, cuyo vencimiento oscilaría entre los 25 y 40 años.
Aunque el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, no ha querido confirmar este jueves ningún tipo de acuerdo para relajar las condiciones de la deuda, el primer ministro irlandés, Enda Kenny, sí lo ha hecho. "El resultado logrado hoy representa un paso histórico en el camino hacia la recuperación económica", ha asegurado en el Parlamento de Dublín.
El nuevo acuerdo, ha explicado, permite canjear esos pagarés por bonos del Estado a largo plazo con un interés anual de en torno al 3%, lo que contribuirá a que el Estado se "ahorre miles de millones de euros".
Cerrando el banco y logrando la sustitución del pagaré con un bono a largo plazo ayudaría a dejar de lado el estado de esos pagos, apunta Bloomberg. Eso permitiría reducir las necesidades de financiación de Irlanda en su intento por salir de su rescate internacional.
En el caso de España, en diciembre el FROB recibió el primer tramo del rescate bancario, 39.500 millones y esta semana ha llegado el segundo, por valor de 1.900 millones. Los préstamos tienen un vencimiento medio de 12,5 años. El tipo de interés se situará alrededor del 1%, aunque según ha confirmado el ministro de Economía, Luis de Guindos, el interés del segundo tramo es del 0,58%.