Dos semanas después de que Bankia fuera intervenida, el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, pidió al Estado una ayuda pública de 19.000 millones de euros para poder seguir adelante. Según un análisis de Bloomberg, muchos creen que fue el paso definitivo para que España decidiera finalmente pedir ayuda a la Unión Europea para sanear su sector financiero.
"Probablemente no fue su intención activar un plan de rescate, pero pudo haber sido una consecuencia no deseada", comenta Simon Maughan, estratega de Olivetree Securities en declaraciones que recoge la agencia.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, confirmó el pasado sábado 9 de junio que España pedirá la ayuda europea para sanear la banca. El país se convertirá en la cuarta nación europea en ser rescatada, aunque de manera "limitada" y contará con un préstamo que se canalizará a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a las entidades que lo necesiten. Bruselas podría aportar un tope máximo de 100.000 millones, aunque la cantidad final no ha sido confirmada.
Un día antes, el Fondo Monetario Internacional (FMI), publicó su examen dentro del Programa de Evaluación del Sector Financiero (PESF) de España. En el mismo señaló que "varios bancos necesitarían incrementar las reservas de capital en alrededor de 40.000 millones de euros".
La "ultimísima fase de la crisis ha tenido como detonante la situación de una entidad grande -en alusión a Bankia- y a sus enormes necesidades de capital y la aparente incapacidad para abordarla por sus propios medios", recordó ayer el presidente de Banco Popular, Ángel Ron.
"Ahora lo que pedimos es que se acabe cuanto antes con la incertidumbre generada por la valoración independiente" del sector financiero, en alusión a los informes que deberán presentar en breve las consultoras Oliver Wyman y Roland Berger, añadió.
Cuantificar las pérdidas, difícil
A mediados de mayo, el Gobierno aprobó su segunda reforma financiera en poco más de tres meses. Mientras en febrero elevó los requisitos de provisiones para los activos del ladrillo problemáticos, en esta ocasión puso el punto de mira en los activos sanos.
El Ejecutivo decidió aumentar del 7% al 30% la provisión genérica de los bancos para cubrir un hipotético deterioro de los activos no problemáticos. Esto supone, en la práctica, que tendrán que provisionar 30.000 millones más.
No obstante, "tratar de estimar las pérdidas en un entorno económico como el de España es un poco como disparar a la luna con una cerbatana. Es muy difícil estar seguro de que vas a dar con el número exacto", asegura Daragh Quinn, analista bancario de Nomura Internacional.
Bloomberg recuerda que la evaluación de Goirigolzarri mostró que el banco estaba en un estado mucho peor que lo que los anteriores gestores de la entidad habían dicho. La demanda de una inyección de capital del Estado se produjo tres meses después de que su predecesor, Rodrigo Rato, asegurara que Bankia podría cumplir con las exigencias de provisiones sin necesidad de más ayuda.
La solicitud de ayuda de 19.000 millones de euros, irritó a algunos banqueros. "Desde el punto de vista del resto de la industria y la sociedad en general, es una fuente de escándalo, ya que nos afecta a todos negativamente", señaló María Dolores Dancausa, consejera delegado de Bankinter en un e-mail-respuesta a las preguntas de Bloomberg.
Ahora, la gestión de Bankia y cómo se hicieron las cosas con la entidad está en los tribunales. Hoy mismo se ha conocido que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu estudiará la admisión a trámite de las dos querellas presentadas por Unión Progreso y Democracia (UPyD) y el sindicato Manos Limpias contra los directivos de Bankia y el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez por la gestión de la entidad y su salida a bolsa.