
Tic-tac, tic-tac, seis y media de la mañana y Maribel Ferrero sale de su casa en el norte de Madrid. Tic-tac, tic-tac, salvada la hora del atasco, entra a las siete y cuarto en el gimnasio.
Tic-tac, tic-tac, ocho de la mañana, se sienta en su despacho de directora general de terminales de Motorola España y se agarra a la soledad de primera hora del día para mirar con distancia si las cosas están yendo bien, si el cortoplazo le ha ocultado algún detalle del horizonte del negocio. Mastica inconscientemente los matices del sabor de lo que hace. "Cuando no tienes una parte de tu alma en el trabajo, es complicado mejorarlo", tic-tac, tic-tac.
Constante, equilibrada y tenaz tic-tac. Mujer, directiva, tres hijas. Nunca se sintió discriminada por su condición femenina, pero reconoce que cuando miraba a su alrededor le costaba encontrar a otra mujer cerca de esos niveles.
Tic-tac, médico, tic-tac, recogida de disfraz para sus hijas por el camino, tic-tac, función infantil, tic-tac, compras sólo el día elegido para ello y "si se te olvida algo, mala suerte". "Intentas llegar a todas partes y aún así te cubre una sensación de que hay algo a lo que no estás dedicando tiempo". Al final, la clave, tic-tac, "es una buena organización", porque "todo lo pendiente a nivel personal y profesional, hay que hacerlo". Cuando no tienes una parte de tu alma en el trabajo...
Preferentemente, autoras
No hay pausa para el café, hay café delante del ordenador. No hay libro antes de dormir, porque el cansancio espera a mitad de la primera página para tirarle de los párpados. Hay libros en los aviones. Y en el tiempo de un vuelo se lo ha leído todo de Javier Marías, y mucha, muchísima literatura de autoras. Almudena Grandes, Maruja Torres, Barbara Wood y sus vírgenes del paraíso, Julia Navarro y su nueva bifurcación post Código da Vinci con La Hermandad de la Sábana Blanca...
Tic-Tac, tic-tac, leer un libro es tener un libro, es comprar un libro. Las tiendas del aeropuerto son muchas veces la estantería de su biblioteca volante particular. Un lujo. Otro, abrir las ventanas de su casa, vivir en la provincia de Madrid y ver árboles. Otro más, algún fin de semana, con suerte, poder jugar al paddle. Y un día, tic-tac, tic-tac, tic-... Ferrero dice que se baja un momento del reloj, que lo va a mirar desde fuera y volverá a saltar al interior en el momento que considere oportuno. Se va. La directora general de Motorola Dispositivos Móviles España se va.
La nueva estructura de la compañía, que da servicio a empresas hoy multinacionales, globalizadas, con decisiones que se toman a nivel mundial (Vodafone, Movistar, France Télécom...), ha empezado a dejar vacías de contenido las direcciones generales por países. "Ha sido una decisión dura. Y muy pensada. Es la primera vez que lo hago en mi vida, pero creo que cuando no tienes una parte de tu alma en el trabajo, es complicado mejorarlo". Era el momento. Había saltado del Zaragozano a Cabletron Systems, Alcatel, Lucent y Motorola...
Lista para volver a colarse en el reloj en cualquier momento, ahora se prepara para viajar a Marbella y disfrutar de su familia. Incapaz aún de parar su agenda de encuentros para comunicar que se marcha, todavía no ha empezado a echar de menos su actividad. Por cierto: desayunó con los periodistas para explicar su decisión. Gracias y suerte.