
Fin de semana maratoniano para cerrar la venta de Orizonia. El grupo turístico que todavía preside Fernando Conte aceptó ayer de madrugada la oferta de Barceló, que rechazó tres días antes. El lapso de tiempo entre la ruptura de las negociaciones y la firma del acuerdo se ha traducido en una rebaja de las condiciones: Barceló finalmente inyectará 40 millones de euros, 20 millones menos de lo ofertado.
La operación también incluye una quita de entre el 75 y el 80% de la deuda de 620 millones, aunque este punto todavía se está negociando con la banca acreedora.
Todavía quedan algunos flecos por cerrar, pero todo indica que el acuerdo (quita y aplazamiento de pagos) va a recibir el visto bueno de las entidades financieras en los próximos días. No en vano, según informan fuentes cercanas a la operación, fue la misma banca acreedora la que presionó a Orizonia para que aceptase la oferta de Barceló y condicionó la refinanciación de la deuda del grupo a que la operación con la multinacional que copreside Simón Pedro Barceló llegase a buen puerto. "La banca va a dar luz verde a la operación y la refinanciación, puesto que se ha elegido a Barceló tras su recomendación", explican fuentes cercanas.
La refinanciación
Orizonia inició el proceso de refinanciación de la deuda el pasado mes de julio ante la fuerte caída de los ingresos, que no le permitía hacer frente a los pagos.
En ese momento, Vista Capital e ICG, accionistas de Orizonia, pusieron sobre la mesa una oferta de compra que suponía una inyección de capital de 60 millones de euros y canje de deuda por capital por parte de ICG. La banca, que buscaba un nuevo socio capitalista ante la salida de Carlyle (con un 55% del grupo), rechazó la oferta de los fondos de capital riesgo por la elevada quita que proponían y busco otra oferta en el mercado.
Barceló llamó a la puerta y fue recibida con los brazos abiertos por la banca acreedora, que bloqueó las negociaciones de refinanciación cuando la cadena rompió el acuerdo. La operación supone la creación del primer grupo turístico español y la salida de Carlyle, ICG y Vista Capital del capital de Orizonia.
A su vez es un salvavidas para Orizonia, que necesita los 40 millones para mejorar su balance y su tesorería y para pagar las nóminas atrsadas de sus empleados, tal y como reconoce el grupo.