Las "draconianas" condiciones impuestas por Aena para ceder el antiguo pabellón de Estado a las compañías de jets privados para completar su traslado al aeropuerto de Barajas han puesto a las aerolíneas de lujo en pie de guerra. Así, la aviación ejecutiva estudia dejar desierto el concurso convocado por el operador aeroportuario, que obliga a los adjudicatarios a asumir el coste del cambio y la renovación de las infraestructuras.
En concreto, el pliego establece un presupuesto de 1,8 millones de euros para reformar el antiguo y casi abandonado pabellón de Estado e impone un peaje del 5 por ciento por cada pasajero que transporten las aerolíneas, entre otras cosas. El elevado coste, al que se suma el aumento de hasta el 50% de las tasas aeroporturias en Barajas, ha llevado a las compañías de jets privados como Gestair o Nets Jet a ejercer presión para obligar al sector público a suavizar más las condiciones del concurso ya que, según denuncian, hacen "inviable" el traslado.
De momento, Aena ya ha eliminado del pliego la cláusula en la que advertía de que si el operador se privatiza, el contrato se anula automáticamente sin posibilidad de reembolso de la inversión, una de las más criticadas por el sector, que ahora busca bajar las exigencias de la inversión para rentabilizar el proyecto. A su vez, Aena ha ampliado el plazo para presentar las ofertas hasta el 10 de septiembre desde el 31 de agosto, ante un posible acuerdo.
El concurso para arrendar las instalaciones de Barajas se abrió a principios de agosto y, en principio, el Ministerio de Fomento espera que el traslado desde el aeropuerto militar de Torrejón esté terminado antes de fin de año. Pero la polémica desatada con la aviación ejecutiva está retrasando la puesta en marcha del proyecto.
A mediados de junio, la ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció la decisión de concentrar en Barajas todas las operaciones de los jets privados como parte de la importante reestructuración que se está llevando a cabo en Aena para racionalizar su estructura operativa, que permitirá atender además al incremento de la demanda empresarial.
A su vez, según explicó, se atendía así a una de las reivindicaciones que el sector venía reclamando. La aviación corporativa de negocios se trasladó de forma temporal al aeropuerto militar de Torrejón en 2001 debido a las obras de construcción de la tercera pista en el aeropuerto de Barajas. Tras su aterrizaje las empresas de jets privados hicieron una serie de inversiones para adecuar las instalaciones a sus clientes VIP, como Emilio Botín, presidente del Banco Santander, o la familia Entrecanales, dueña de Acciona.
En la última década han construido una serie de salas de espera de lujo y las compañías aéreas no saben qué hacer con ellas de cara a su inminente traslado al sur del aeropuerto de Madrid. Desde Aena han propuesto que negocien con los militares la venta de las instalaciones de lujo para recuperar la inversión.