La demanda supera los 3.000 millones y permite llevar la colocación al máximo y reducir costes. Los expertos esperan que BBVA, Caixabank o empresas como Telefónica sigan su estela.
Cinco meses ha permanecido infranqueable el mercado de deuda para todo título con marchamo español hasta que el Santander rompió ayer, de nuevo, el hielo, aprovechando la relajación de la prima de riesgo ante la expectativa de una pronta intervención por parte del Banco Central Europeo (BCE). Colocó 2.000 millones de euros en bonos senior a un plazo de dos años y un interés del 4,375% (390 puntos básicos sobre el midswap, diferencial que acompaña a las emisiones de renta fija). Abierta la rendija, la expectativa es que otros bancos y compañías como Telefónica o Iberdrola sigan la estela como han hecho en ocasiones similares.
Desde marzo no había cuajado emisión alguna. Y ayer el grupo presidido por Emilio Botín recibió una demanda de bonos superior a los 3.000 millones. Apetito que ayudó a ampliar la colocación al tope previsto y la abarató frente a la referencia de 395 puntos básicos tomada en un inicio, desvelaron fuentes del mercado. La tasa final, del 4,375 por ciento, es competitiva con el 3,446% al que cotizan los bonos del Tesoro español a dos años en el mercado secundario.
Compite bien con el Tesoro
El deshielo ha sido posible ante el relativo ímpetu que viven los mercados en expectativa de que el BCE frene el ataque a la deuda con compra de bonos soberanos cuando España pida el rescate blando. Tras el habitual ejercicio de prospección para testar la apetencia inversora, el banco aprovechó la relajación del diferencial exigido a las emisiones (spread), la renovada confianza de los inversores y el momento de mayor estabilidad para la deuda. Y es que en estas últimas semanas y tras garantizar Mario Draghi el auxilio del BCE, la prima se ha deslizadodesde los 640 puntos básicos récords a 465,41 y el Ibex 35 sube un 26,60% desde el mínimo marcado a finales de julio.
Junto a la demanda y precio, el gran test para una operación lo marca la diversificación del inversor -a más concurrencia mayor interés- y si es final o compra para vender. En la operación del Santander acudieron 300 inversores, un 68% gestoras de fondos, el 18% bancos y un 7% fondos de pensiones y seguros, en su inmensa mayoría de Europa. En la operación actuaron como coordinadores el Santander, Natixis, Deutsche y CA CIB -Crédit Agricole-.
Una de las dudas que sobrevolaba en los mercados es por qué emitir deuda senior si las cédulas hipotecarias habrían resultado más económicas, al contar con el doble aval del banco y el bien en garantía del préstamo. Uno de los expertos consideró buena estrategia guardarse la opción si llegan tiempos peores y "el mercado se estrecha", lo que pocos descartan con las muchas incertidumbres que rodean a la economía y a la propia banca.
"El precio es bueno, quizá un poco más alto que si se capta en depósitos a dos años, pero es bueno. Lo relevante es que el mercado hace meses que estaba cerrado. Antes nadie quería papel español, y hay que valorarlo muy positivamente porque es un banco, segundo: es español, y tercero: lo hace cuando aún hay muchas incógnitas por desvelar en el sector" por la futura regulación y exigencias de provisiones o capital, explicó Alfonso García Mora, director general de Analistas Financieros Internacionales (Afi). Entre los aspectos positivos subrayó el pequeño diferencial con respecto al Tesoro y que "puede abrir el camino a otros" como ha ocurrido otras veces. Y es que el Santander actúa como un buque rompehielos: tiene preparadas las emisiones, sondea el mercado y cuando encuentra la ventana, coloca, abriendo el camino a otros.
García Mora estimó que, si se repite el ritual de ocasiones similares, "es posible que veamos al BBVA" en próximos días y que le sigan entidades de menor tamaño y "distinto posicionamiento" -bancos con negocio exclusivo en España-.
"La oferta de bonos de Santander establece un estándar para otros bancos españoles que estén pensando en volver al mercado", explicó a Bloomberg Serafi Rodríguez, operador de renta fija de Morabanc en Andorra. Según la analista de Renta 4, Nuria Álvarez, es "pronto para decir que vamos a un mercado más normalizado y esperar una emisión en bloque", aunque las operaciones llegarán si al emisor le convence el precio que están dispuestos a pagar los inversores. Estimó que podríamos estar asistiendo a otra "pequeña ventana" de las que se abren en mercados cerrados, ya que siguen vivas demasiadas incógnitas: la nueva regulación para la banca, el rescate blando o no de España y el desenlace de Grecia. "Grecia está con un pie fuera y otro dentro. Parece como si el mercado tuviese asumido su abandono, pero no es así. No sé si es consciente de las repercusiones que eso traería y el efecto contagio", dijo.
La banca se prepara
BBVA y La Caixa eludieron anticipar planes. En Popular, Bankinter y Sabadell recordaron que disponen de liquidez suficiente, aunque estarán atentos a las oportunidades y evolución del mercado.
Y es que las emisiones ayudan a diversificar las fuentes de financiación en un sector muy dependiente del BCE: el 60% de su préstamo va a la banca española ante su imposibilidad de emitir y tras años de duda competencia por captar depósitos de clientes. El grado de dependencia es superior en las entidades nacionalizadas y cajas.
No es una situación privativa de la banca. En la única ventana de liquidez que ha habido en el año compañías como Repsol, Iberdrola, Telefónica o Gas Natural aprovecharon para emitir deuda, aunque la dificultad del mercado provocó que algunas tuvieron que colocar títulos en divisa extranjera, como dólares o francos suizos. A la inmensa mayoría de empresas, no sólo las grandes, les urge buscar liquidez para encarar vencimientos de deuda cuando además el crédito escasea. A las 35 compañías del Ibex les vence este año un 6,6% de su deuda total -unos 50.200 millones de 757.000 millones que tienen en préstamos o bonos-.