
La sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París anunciará el próximo martes si autoriza la puesta en libertad del ex operador de Société Générale Jérôme Kerviel, acusado de falsificaciones a las que se atribuyen pérdidas para el banco francés por valor de unos 4.900 millones de euros.
La Fiscalía pidió hoy, en la audiencia celebrada a puerta cerrada, el mantenimiento en prisión de Kerviel, de 31 años, que está detenido desde el pasado 8 de febrero, y lo justificó "por las necesidades de la instrucción".
La portavoz del Ministerio Público, Ulrika Weiss, precisó esa posición y señaló que "hay que velar por preservar todas las pruebas útiles para la manifestación de la verdad e impedir cualquier concertación fraudulenta".
Ni los abogados del operador de mercados, que había presentado la demanda para salir de la cárcel, ni los de Société Générale, que se ha constituido en acusación particular en el proceso, quisieron hacer declaraciones al término de la audiencia ante el tribunal.
Lo que sí filtró es que un experto informático ha ofrecido a Kerviel un puesto de trabajo a su salida de prisión, elemento que fue presentado por sus letrados como "garantía de reinserción".
Antes de la comparecencia, el letrado de Kerviel Christophe Reille había avanzado que presentaría ante los jueces los elementos novedosos que, a su juicio, aporta la misión de inspección "Green" efectuada en la entidad financiera el 20 de febrero, y que a su entender es favorable a su cliente.
Sigue la investigación
De acuerdo con esa lectura, "el informe explica que no hubo malversación de fondos, que Kerviel no tenía cómplice y que no hubo intrusión en el sistema informático".
Según lo anunciado previamente, Société Générale pensaba apoyar el mantenimiento entre rejas de su ex operador y, sobre todo, insistir en confirmarse como acusación particular para hacer hincapié en el perjuicio sufrido.
La investigación tuvo una nueva evolución esta semana con la liberación sin cargos el jueves de un empleado de la entidad financiera presentado como amigo de Kerviel e identificado como Manuel Z. después de haber sido interrogado por los policías de la brigada financiera.
Con ese interrogatorio se trataba de descartar hipótesis con respecto a los elementos recogidos por la instrucción, según fuentes próximas a la investigación citadas por "Le Figaro".
Kerviel fue procesado por abuso de confianza, falsificación e intromisión en un sistema de datos informáticos unos días después de que Société Générale revelara que había sufrido un "fraude extraordinario" causado por este operador de mercados.
Los jueces lo dejaron en un primer momento en libertad bajo control judicial, en contra de la petición de la Fiscalía, que recurrió y consiguió su ingreso en prisión preventiva.
El joven ha dicho que actuó solo y no en beneficio personal, y ha asegurado que sus superiores hacían la vista gorda sobre sus operaciones en los mercados.