Empresas y finanzas

Repsol recorta el dividendo para compensar YPF

Imagen: Archivo

Repsol busca rehacer su vida sin YPF. La petrolera presentó ayer su nueva hoja ruta para el horizonte 2012-2016 donde destaca un bajada del dividendo sobrevenida por la reducción de la parte del beneficio destinada a la retribución del accionista (pay out) que se situará entre el 40 y el 55 por ciento, frente al 64 por ciento mantenido hasta la fecha.

El presidente de la petrolera, Antonio Brufau, explicó que la compañía no puede sostener el crecimiento de un 10 por ciento anual en el dividendo como hasta ahora "porque el mundo tampoco está creciendo a estos niveles". Aún con todo, indicó que buscará una rentabilidad "razonable" para los accionistas. En este sentido, un informe de Citi pronostica que el dividendo para 2012 se situará entre 0,75 y 0,8 euros por acción, frente a los 1,16 euros de la retribución correspondiente a 2011 en efectivo y en acciones.

Para Repsol el principal objetivo es lograr la mayor disciplina financiera y mantener su actual calificación crediticia, afectada no sólo por la expropiación de YPF, sino también por la crisis de deuda española. Sin embargo, el mercado respondió con dureza nada más presentar el Plan Estratégico, en una jornada marcada también por una fuerte caída del Ibex del 2,34 por ciento, hasta los 6.251 puntos. La petrolera se dejó finalmente un 7,17 por ciento, hasta los 12,82 euros.

Sacyr, que mantiene un 10 por ciento de la petrolera, también fue contagiada por este pesimismo y llegó a caer más de un 7 por ciento, aunque finalmente cerró con un retroceso del 3,55 por ciento en sus títulos con 1,57 euros. No obstante, con esta reducción del dividendo la constructora puede seguir haciendo frente a los intereses del crédito concedido para desembarcar en Repsol como hasta ahora.

Pero Brufau quiso resaltar también las fortalezas del grupo y explicó que a pesar del varapalo sufrido en Argentina, la compañía ha tenido una mejor evolución que el Ibex durante este año.

Con todo, el grupo quiere seguir adelante y levantar cabeza con unas fuertes inversiones por 19.100 millones a 2016 a través de un Plan que Brufau asegura que será autofinanciado con fondos propios principalmente, desinversiones y con la gestión de la caja siempre, eso sí, con el objetivo de mantener la calificación crediticia.

De hecho, la petrolera resalta su solidez financiera y el hecho de que cuenta con alternativas que le permitirán reducir deuda en entre 7.000 y 9.000 millones.

Estos mecanismos son la política de scrip dividend (pago en acciones), que se mantiene para el próximo año tal como adelantó elEconomista y la conversión de sus preferentes en convertibles aprovechando la alta liquidez de sus títulos en el mercado secundario con lo que podría lograr hasta 3.000 millones.

Venta de autocartera en 2012

Además, Repsol abordará este año la venta del otro 5 por ciento de autocartera (ya se ha desecho de otro 5 por ciento por 1.360 millones) que aún mantiene tras la compra de la mitad de la participación de Sacyr. Sin embargo, la petrolera acumula fuertes minusvalías, aunque el ejecutivo quitó hierro a este asunto porque van contra recursos propios.

Para la consecución de la reducción de deuda, la petrolera también optimizará el fondo de maniobra, donde excluiría los 1.600 millones de deuda de YPF. "Esa deuda ya no es nuestra, es de la señora Kirchner". Por último, Brufau avanzó desinversiones selectivas de activos no estratégicos por algo más de 2.000 millones de euros.

Con esta estrategia, la petrolera prevé multiplicar por 1,8 veces en cuatro años el beneficio neto logrado en 2011, que se situó en 1.700 millones de euros, mientras que el resultado bruto de explotación (ebitda) será 1,9 veces superior al registrado el pasado año, que alcanzó los 4.100 millones.

Sin embargo, una de las cuestiones planteadas de forma insistente por los medios y analistas se centró en si la compañía provisionará los 5.600 millones en los que ha evaluado la exposición del grupo en Argentina.

El impacto de Argentina

Brufau explicó que, según las nuevas normas contables, la valoración del impacto de la expropiación debe realizarse a precios de mercado, con lo que el apunte debería ser de unos 7.000 u 8.000 millones. "Estamos intentando convencer a los auditores, aunque ellos tendrán la última palabra", sentenció el directivo. Deloitte es la compañía encargada de auditar las cuentas y debe cerrar la valoración parcial del balance el próximo 30 de junio.

En cualquier caso, Brufau dejó claro que Repsol confía en recibir una compensación adecuada en el marco del proceso arbitral que se iniciará en los próximos meses, después de que Repsol enviara una carta a la presidenta de argentina, Cristina Fernández de Kirchner, para "iniciar el proceso de negociación", aunque hasta el momento el grupo no ha recibido respuesta. Por su parte, Brufau se mostró dispuesto a negociar. "Vamos a hacer todo lo posible y necesario, dentro de una actitud jurídica y de diálogo, para recuperar el valor de nuestros activos en Argentina", añadió.

El presidente de Repsol sentenció sobre este asunto que a nadie se le puede pasar por la cabeza que la expropiación ha sido culpa de la gestión de la petrolera.

"Hemos puesto en valor la compañía, se ha descubierto Vaca Muerta gracias a Repsol y la expropiación ha sido una confiscación planeada" insistió al ser preguntado sobre una posible reducción de su retribución como consecuencia de este varapalo, en la misma línea del bonus extraordinario recibido tras la alianza con Sinopec en Brasil. En cualquier caso, Brufau señaló que el consejo de administración decidirá, pero también es verdad que tanto el presidente como el secretario del consejo, Luis Suárez de Lezo, se han congelado la retribución fija para este año, tal como publicó este diario.

Eskenazi no pagará

Por otro lado, Brufau dudó que el Grupo Petersen, del empresario Enrique Eskenazi, sea capaz de devolver los préstamos con los que compró un 25 por ciento de la petrolera y donde la propia Repsol hizo las veces de financiador por unos 1.500 millones. Según el presidente de la compañía, es previsible que este impago haga retornar un 6 por ciento de las acciones de YPF a Repsol, de modo que la participación en la petrolera argentina podría pasar del 6 por ciento tras la expropiación al 12 por ciento.

Brufau también tiene previsto exigir una compensación por el 6 por ciento del capital que no se ha expropiado y solicita que se lance una opa. Respecto a las acusaciones del Gobierno argentino, el ejecutivo insistió en que las inversiones en YPF eran mucho más de lo que le correspondía en función de su resultados y cifró en el 7 por ciento la rentabilidad de los dividendos de la petrolera argentina obtenida por Repsol, frente al 14 por ciento de rentabilidad que los inversores exigen en Argentina.

Sin concreción sobre Pemex

Uno de los aspectos que se echan de menos en este Plan Estratégico es una concreción sobre la alianza con Pemex. Sin embargo, Brufau aseguró que se reunió el pasado viernes con el director general del grupo mexicano, Juan José Suárez Coppel, para formar los grupos de trabajo aunque no hay más avances de momento sobre este aspecto. Por otro lado, la nueva hoja de ruta adolece de detalles sobre la filial de renovables Nuevas Energía a pesar de que Josu Jon Imaz, que se encuentra al frente, fue ascendido el pasado lunes para pasar a formar parte del comité de dirección. Sobre estos aspectos, el ejecutivo indicó que no es un Plan con nombre y apellidos.

Por contra, la compañía sí que desglosó en qué zonas se va a concentrar a partir de ahora. Repsol quiere sustentar su crecimiento en la división de Upstream (exploración y producción). Así, las inversiones crecen considerablemente en este área, con un incremento del 120 por ciento con respecto al Plan anterior. Por su parte, el esfuerzo inversor se consolida en el área de Dowstream (marketing y refino), con un retroceso del 50 por ciento respecto al periodo promedio de 2008-2011.

Dónde crecerá la compañía

En exploración y producción, el grupo se centrará en Brasil (con los pozos Sapinhoa y Carioca con una inversión de 2.000 millones), Estados Unidos (en el proyecto Mississipi Lime con 2.300 millones), Rusia (400 millones), Latinoamérica (1.570 millones), Argelia (400 millones) y España (20 millones). La petrolera incrementará la producción neta más de 200.00 barriles equivalentes de petróleo al día (bep/día) en 2016 y la tasa de crecimiento del crudo se situará en más del 7 por ciento, por encima de la media del sector, hasta los 500.000 bep/día. En el área de Gas Natural Licuado Repsol quiere aprovechar la integración para maximizar la cadena de valor.

Por último, en el negocio de refino y marketing (dowstream) también caen tras la finalización de las refinerías de Bilbao y Cartagena. La petrolera quiere transformar "un negocio consumidor de caja a uno de generador de caja". Se trata de un área muy importante ya que por cada dólar que se incrementa el margen de refino por barril a Repsol le supone una aportación de 200 millones de euros al ebit (beneficio bruto antes de intereses e impuestos).

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