El plan para BFA-Bankia, anunciado el pasado viernes y detallado el sábado por el nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri, abre la puerta a nuevos requerimientos para el sector, dado que sobrepasa lo exigido hasta ahora en los dos decretos impulsados por el ministro Luis de Guindos y se atribuye este exceso de prudencia al deterioro de la situación económica.
El sector ya teme otra reforma, que exija nuevas aportaciones de provisiones, en parte, por lo ocurrido en Bankia y en parte por la incertidumbre que causa la evaluación de las consultoras y la revisión de las auditoras al sistema, que pueden aumentar la cifra de 30.000 millones que exigía el último decreto de De Guindos.
Además, este fin de semana, el titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, afirmaba que el Gobierno de Rajoy haría "cuantas reformas financieras hicieran falta". Ya el ministro de Economía, Luis de Guindos, justificó su última reforma, la segunda en dos meses, por las cambiantes circunstancias y se cuidó de no cometer el error de febrero, cuando aseguró que se aprobaba la reforma definitiva.
En Bankia, tras elevar las provisiones y corregir el valor de los activos a precio de mercado, la cobertura sobre la exposición al sector inmobiliario quedará en el 48,9%, por encima del 45% que De Guindos señalaba como nivel seguro en el último decreto. Además, se elevan las provisiones para crédito no inmobiliario, fundamentalmente pymes y familias, algo que, aunque se estudió introducir en la última reforma, finalmente no fue recogido.
Los ejemplos
La recesión económica en la que se encuentra España, el aumento del paro y el cierre del grifo crediticio hacen prever a los expertos un repunte de la morosidad en pymes y hogares que deteriorará la cartera crediticia del sector, si bien se espera que quede muy lejos de las tasas de morosidad del sector promotor e inmobiliario.
En todo caso, el ejercicio realizado en Bankia sólo se entendería si se aplica después al resto del sector, por varias razones. La primera es que los criterios de prudencia se deben exigir en el mismo grado a todas las entidades. La segunda, que es el deterioro económico igual para todos los grupos, y no un hipotético agujero descubierto, el causante del exceso de provisiones. Tercero, que la utilización de recursos públicos, o ese es el criterio hasta el momento, se debe medir para utilizar sólo lo preciso.
De todos modos, en el reforzamiento de Bankia hay aspectos que la hacen singular y otros que aún quedan abiertos.
1.- Inyección de capital vía bonos
Aunque De Guindos aseguró que la ayuda al sector se haría preferentemente a través de CoCos (bonos convertibles preferentes), la primera actuación tras la reforma aprobada el pasado 11 de mayo, se llevará a cabo con compra de capital. Para ello se utilizará la inyección no de dinero, sino de deuda, bien emitida por el Frob o bien por el Tesoro. Con ella, Bankia la puede usar de colateral para obtener la liquidez necesaria del BCE.
2. ¿Aumentará el déficit público?
El déficit no se ve aumentado, lo que sube es el volumen de deuda pública del Tesoro, o bien la del mismo Frob, según la vía que se elija.
3. ¿Por qué no se emiten CoCos?
Con los CoCos existe el mismo problema que con las ayudas del llamado Frob I, las preferentes. La compra del Frob de estos instrumentos genera para la entidad rescatada la obligación de devolver unos altos intereses anuales, el 7,75% en el primer año en el caso de las preferentes y en el entorno del 10% en el caso de los CoCos, que acaba ahogando el margen de intereses de las entidades. Prueba de ello es que todos los grupos que recibieron fondos públicos a cambio de sus preferentes, salvo BMN, terminaron nacionalizadas o condenadas a ser absorbidas por otra entidad.
4. ¿Es un plan definitivo?
El reforzamiento de Bankia se consensuó con el Banco de España y el Ministerio de Economía y Goldman Sachs fue el banco contratado para hacer la valoración. Por tanto, cuenta con todas las bendiciones españolas. Ahora está pendiente la aprobación de Bruselas, que debe considerar si son ayudas públicas justificadas o no y podría exigir alguna modificación.
5. ¿Había un 'agujero' en Bankia?
El presidente José Ignacio Goirigolzarri, no habló de haber descubierto agujero alguno, pero si de un deterioro económico, que llevó a corregir el valor de los activos y a realizar un test de estrés sobre toda la cartera crediticia.
6. ¿Se pudo bajar la petición de 19.000 millones en ayudas?
Los expertos y parte del sector consideran que se pudo pedir un volumen mucho menor de ayudas, y eso por dos motivos. En primer lugar, no se hace uso de varios recursos que hubieran disminuido el volumen de la petición, como la conversión de preferentes y subordinadas de Bankia, que suman algo más de 4.500 millones de euros. Tampoco se contempla la venta de filiales o líneas de negocio. Por otro lado, se aplican criterios de provisiones más exigentes que en la normativa, tanto para créditos inmobiliarios como no inmobiliarios, aplicando escenarios estresados y poniendo a valor de mercado activos inmobiliarios, algo que ninguna entidad financiera española realiza.
7. ¿Por qué se piden entonces tantos recursos públicos para Bankia?
Nadie lo sabe con exactitud. Las explicaciones son muy diversas. Desde el de dar una imagen de rotundidad a los mercados, hasta justificar la nacionalización sin dejar resquicio para la duda. Lo cierto es que con Bankia se cambia el criterio tradicional de usar lo mínimo imprescindible de ayudas públicas.
8. ¿Quién pagará la factura?
La paga el Estado a través de la aportación de deuda, ya sea del Frob o del Tesoro, es decir, el contribuyente en última instancia. Y lo pagan los accionistas de Bankia, que han visto como el valor de sus títulos han caído un 36 por ciento desde la salida de Rodrigo Rato. Quedan fuera los títulares de preferentes y subordinadas, ya que Goirigolzarri ha afirmado que, por el momento, descarta convertir estos instrumentos en capital.
9. ¿Será la última nacionalización?
Según el informe del FMI, había dos entidades que debían ser reforzadas. Una era Bankia. Por tanto, hay otro grupo financiero que debe afrontar otra reestructuración. El Gobierno, sin embargo, no ha abordado un proceso similar al de Bankia. La solución empleada en esta crisis con las entidades débiles fue fusionarlas. En vista de la evolución de éstas en los últimos años, una fusión de la entidad identificada por el FMI con otro grupo podría crear no una solución, sino un problema mayor.
10. ¿Es Rato culpable del rescate?
Goirigolzarri ha defendido la gestión de Rato al frente de BFA-Bankia, llegado a Caja Madrid en 2010, y ha afirmado que ésta era muy difícil por "el convulso entorno económico y regulatorio".