Fiscales federales estadounidenses han acusado a tres personas de robar información confidencial de Coca-Cola, que incluía una muestra de una nueva bebida, para venderla PepsiCo, quien avisó a su rival.
Los demandantes dijeron que tuvieron conocimiento de las acciones de los ladrones por Pepsi, que los entregó a las autoridades junto a una carta que revelaba que un empleado de alto nivel de Coca-Cola les ofrecía "información muy detallada y confidencial".
Tras recibir la información de Pepsi, Coca Cola alertó al FBI, que empezó una operación secreta.
Isdell añadió que ninguna información personal de sus empleados estaba en peligro y afirmó que se le ordenó revisar las políticas de protección de información de Coca Cola. También expresó su "sincero agradecimiento" a PepsiCo, la segunda mayor compañía mundial de refrescos, por alertar de la situación.