
Adiós a México lindo, a los alquileres por las nubes y a los números rojos. Globalia ha dicho basta y ha sometido a su cadena hotelera, Be Live, a un "profundo" proceso de reestructuración mediante el cual prevé dejar atrás las pérdidas de 17 millones de euros que registró en 2011 y conquistar nuevos mercados. El grupo que preside Juan José Hidalgo puso punto y final a su aventura mexicana el pasado mes de abril cuando dejó de operar los tres hoteles de Cancún que todavía le quedaban del acuerdo con Oasis.
A la salida del país azteca, que ha supuesto la eliminación de 10 establecimientos de su portafolio, se suma la devolución de otros 13 hoteles en España, Cuba y República Dominicana por los elevados alquileres y la imposibilidad del grupo de llegar a un acuerdo con los propietarios para rebajarlos. "En los últimos meses hemos salido de casi todos los contratos de alquiler que firmamos en la época de bonanza. Las elevadas rentas nos estaban penalizando y, ante la imposibilidad de rebajar los precios entre un 20 y un 50% en función del producto, hemos decidido cancelar los contratos. No eran alquileres realistas para la situación actual", explica Javier Blanco, director general de Be Live (antigua Oasis).
El divorcio con sus caseros ha llevado al grupo a sacar de su portafolio el 60% de los establecimientos que operaba. Así, ha cerrado su primer semestre fiscal con 16 hoteles, frente a los 39 de 2010, y con 4.516 habitaciones, frente a las 11.248 que explotaba en 2010. La reducción de la cartera -se ha quedado con los diez hoteles que tienen en propiedad, cuatro en gestión y dos en alquiler, es una de las patas del proceso de reestructuración que la compañía ha llevado a cabo para poder reposicionarse y pegar un impulso a su negocio hotelero que se vio lastrado tras el conflicto con Pedro Puello, propietario de los 10 hoteles de México.
Volver a crecer y ganar
La reorganización, que también se ha llevado por delante al 42% de la plantilla (ver gráfico al final del texto), ya está empezando a dar sus frutos. Según informan desde la cadena, la rentabilidad ha subido un 15% en los seis primeros meses de su ejercicio fiscal y están viendo un aumento de las tarifas de hasta un 12% por el incremento de la demanda. "La nueva marca se ha reposicionado y la opinión de los clientes sobre nuestros establecimientos ha mejorado mucho desde que no somos Oasis gracias a la apuesta por los detalles", explica Blanco.
La reconstrucción de la cadena, la reestructuración de los gastos y los buenos datos registrados en los primeros meses de 2012 hacen prever al touroperador que su filial hotelera volverá a números negros a lo largo de este año 2012 después de haber cerrado tanto 2010 como 2011 con pérdidas.
"La gripe aviar y el conflicto con Oasis nos penalizó mucho. Los tribunales nos prohibieron comercializar nuestro producto en Europa, Canadá y EEUU ", explican desde grupo turísticos.
Una vez saneada la cadena, el siguiente paso del grupo es conquistar nuevos mercados. "Hemos cimentado la casa para poder crecer y lo haremos sobre todo en alquiler y gestión", asegura el director general de Be Live.
El grupo está estudiando proyectos en Panamá, Costa Rica y Colombia y, aunque no creen que sea posible en los próximos años, tampoco descartan volver a entrar en México. "Tenemos intención de volver pero ahora es difícil, los precios han subido mucho y es difícil encontrar buenas oportunidades", explica Javier Blanco.
En España, donde han cerrado tres hoteles en lo que va de año (en Alicante y Pamplona), también prevén volver a crecer. Su principal objetivo es Canarias, donde tienen tres hoteles en Tenerife y dos en Fuerteventura. "Nos vamos a apoyar en un crecimiento sostenible en Canarias", explica. En Palma de Mallorca, donde la compañía tiene su sede, opera dos hoteles que tiene en propiedad.