PARIS (Reuters) - Miembros del partido conservador UMP del presidente francés, Nicolas Sarkozy, están cada vez más inquietos por el giro hacia la ultraderecha dado por el mandatario para conquistar a los votantes de la ex candidata antiinmigración Marine Le Pen, a una semana de la segunda vuelta de las elecciones.
Algunos conservadores han hecho pública su consternación por los temas respaldados por Sarkozy durante la campaña, su retórica e incluso algunas propuestas similares a las del Frente Nacional de Le Pen, que quedó tercera en la primera vuelta de los comicios celebrada este mes. En conversaciones privadas, las dudas sobre la moralidad y la eficacia de la estrategia están muy extendidas.
En la última semana, Sarkozy ha declarado reiteradamente que hay demasiados extranjeros en Francia y se comprometió a reducir la inmigración legal. Haciéndose eco de una propuesta de Le Pen, el candidato presidencial ha hecho un llamamiento para dotar a la policía de mayores licencias para disparar a sospechosos de delitos que huyan.
Sarkozy ha acusado a su rival socialista, François Hollande, de ser respaldado por islamistas y dijo que los votantes de Le Pen son respetables y que su partido es compatible con la República Francesa.
"A pesar de que voy a votar por Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta, está claro que es mi deber hacer sonar la alarma acerca de esta estrategia", dijo a Reuters Etienne Pinte, del UMP.
Pinte sostuvo que los ex primeros ministros Jean-Pierre Raffarin y Alain Juppé, ministro de Exteriores con Sarkozy, habían dejado claro en reuniones internas su reticencia sobre este giro hacia la ultraderecha.
"A lo largo de la campaña, sentimos que había dudas entre varios de sus colegas parlamentarios y los dos ex primeros ministros sobre la explotación de estos temas de ultraderecha", añadió Pinte.
Sarkozy endureció su discurso tan pronto como los resultados de la primera vuelta del domingo pasado mostraron que Le Pen, con casi el 18 por ciento de los votos, había ganado el doble de apoyos que el centrista François Bayrou. El presidente necesita el apoyo de ambas partes para vencer a Hollande, el claro favorito en los sondeos de opinión, en la segunda vuelta del 6 de mayo.
Raffarin dejó entrever su disgusto en una entrevista con el diario Le Monde la semana pasada, diciendo: "Si fuese a expresar mis reservas hoy, debilitaría mi propio bando (...) pero sigo unido a los valores humanitarios de nuestro programa".
Consultado sobre si la estrategia elaborada por el gurú político de Sarkozy, Patrick Buisson, un ex editor de periódicos de ultraderecha, no la había fortalecido, Raffarin dijo que el tiempo para el análisis vendría después del 6 de mayo.
"Ahora estamos en una batalla y en una batalla lo más honroso es ser leal", apuntó.
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