Wall Street nunca duerme. Madrid tampoco. No cuando el mundo se mira desde 250 metros y la ciudad, a los pies, no es nada. Y, por qué negarlo, nos sentimos un poco Gordon Gekko -"La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena; es necesaria y funciona"-, el personaje creado por Oliver Stone para el celuloide, cuando nuestro despacho está en la Torre de Cristal o en la azotea de Torre Picasso. Y es entonces, y sólo entonces, cuando uno comprende a Gekko; y como él, se transforma en un tiburón de las finanzas; y como él, justifica frases que hoy son historia: "Lo que importa es el dinero, el resto es conversación" o "si no estás dentro, estás fuera".
Y las grandes firmas, las que marcan el ritmo económico del país, están dentro. Y en muchos casos, como reconocen en la torre de PricewaterhouseCoopers, por encima de las nubes.
En la cima
Planta alta, ¿quién trabaja ahí? O mejor dicho, dado que los españoles son los ciudadanos europeos que más horas están en la oficina, podríamos decir ¿quién vive ahí? En elEconomista hemos querido hacer un repaso de las plantas altas de una ciudad que, aunque lejos todavía del Two International Financer Centre de Hong Kong, con sus 415 metros, o el Guangzhou chino, con sus 391 metros, cada vez miran más alto.
El objetivo, como reconocen los consultores inmobiliarios, es buscar una zona prime que dé entidad a la firma, un espacio que lo identifique, como el logo de PwC lo hace en el complejo de Cuatro Torres Business Area (CBTBA), en Madrid, o Realia y Bankia en Puerta Europa. "Al igual que ocurre con las personas, la imagen es lo primero que se transmite y, en el caso de ciertas empresas, estar ubicadas en edificios representativos da solidez, solvencia y exclusividad", explican los expertos de la división de Oficinas de Aguirre Newman. "Muchas empresas multinacionales tienen como estrategia global estar ubicadas en rascacielos, a ser posible en plantas altas, de las diferentes ciudades donde tienen sede".
Es lo que opina también Raúl Vicente, director de Oficinas en Knight Frank, "la planta alta aporta un plus".
Lo que queda claro es que todo lo relacionado con la tipología y zona donde se encuentran los centros de trabajo toma especial relevancia. Prueba de esta sensación de poder es la compra por parte de Amancio Ortega de la Torre Picasso a Fomento de Construcciones y Contratas por 400 millones de euros.
El dueño de Inditex ve realizado así su sueño de comprar edificios emblemáticos y éste, sin duda, lo es. Torre Picasso, con sus 157 metros de altura, es uno de los edificios más cotizados de la capital y cumple los requisitos que el empresario gallego exige, ya que está situado en la zona financiera de Madrid (en Azca, en el Paseo de la Castellana). Además, cuenta con una ocupación de casi el 100 por ciento de los inquilinos como las consultoras Rihard Ellis, Accenture, Ernst & Young. Y en las alturas, FCC y Deloitte.
Lo cierto es que aunque el mercado de oficinas también se ha visto afectado por la crisis, las empresas españolas buscan ubicación. De hecho, no se ha detectado que se hayan desocupado este tipo de plazas. "Se considera que tienen más puntos positivos para la empresas que buscan este tipo de imagen: mayor exclusividad, mejor luz natural, mejores vistas y, en resumen, mejor imagen", recalcan en Aguirre Newman.
Cuestión de precios
Eso sí, las rentas suelen ser sensiblemente más elevadas que en las plantas bajas. Iñigo Enrich, director nacional de Oficinas de CB Richard Ellis, explica que "las plantas de una torre de oficinas es una solución muy valorada en estos días, ya que pueden conseguir ahorros gracias a su eficiencia y, desde luego, se consigue una inmejorable imagen con oficinas muy representativas".
Y en la Mutua Madrileña lo saben. De ahí que su Torre de Cristal, la última en salir al mercado, sea uno de los escenarios elegidos por muchos directivos para cerrar operaciones de altura como la que da la planta 50 del rascacielos. Es, junto con la Torre de Caja Madrid, la más alta (250 metros) y alberga una sala de reuniones en la que las vistas más allá de la ciudad y la decoración de la mano de Joaquín Torres (A-Cero) la covierten en un escenario al más puro estilo de Hollywood donde cualquier acuerdo es posible. Pese a la crisis.
Comercializada por Knight Frank, tiene en este momento una ocupación del 15 por ciento. Pero no hay prisa, ya que la financiación se ha cubierto en su totalidad por la propia Mutua, no hay deuda con la banca, y lo que se busca es calidad, imagen y sello. La última planta se alquila tanto a los inquilinos del edificio como a firmas que necesiten organizar un evento, montar una reunión o firmar un acuerdo.
La Torre es para quien la visita como una aventura. ¿Sabía que tiene el ascensor más rápido de Europa?, ¿sabía que hay un jardín vertical, el más alto del mundo, con 24.000 plantas?, ¿sabía que su estructura es un gran bloque de cristal transparente, cuyas caras captan la luz del cielo como si fuera un diamante tallado?
El último cliente en trasladarse a la planta 34 ha sido Seat. Según fuentes del mercado, la compañía paga una renta de 30 euros el metro cuadrado (unos 500.000 euros al año) ya que ocupa una de las plantas más altas, y eso se paga.
A mayor altura, más precio, dicen los expertos. Según Raúl de Vicente, hablamos de entre un 5 y un 10 por ciento más de precio por cada tercio en que se divide un rascacielos. Dentro queda el gimnasio exclusivo para sus habitantes, las clases de pilates o su gastronomía cuidada que mima a este pequeño pueblo que será Torre de Cristal cuando esté al completo. Más de 8.000 personas y 27 ascensores que no corren... ¡Vuelan!
La crisis sigue su curso, pero las torres van viento en popa con un 70 por ciento de comercialización, aunque algunas, como la torre de Sacyr Vallehermoso, ya conocida como la de PwC, no necesita inquilinos. Su filial patrimonialista, Testa, alquiló el 30 por ciento de la superficie a la cadena Husa, que puso en marcha el hotel Eurostars Madrid Tower. Los otros 20.000 metros oficinas los tiene la consultora. Y los disfrutan sus 2.500 trabajadores que se distribuyen entre la planta 34 a la 50.
El objetivo de este traslado ha sido aglutinar a todos los empleados distribuidos en tres sedes diferentes. Las salas de juntas están la planta noble, la planta reservada a eventos importantes.
En Jones Lang LaSalle, el director de Oficinas, José Manuel Setién, recalca que espacios como los rascacielos tienen mayor relevancia por su exclusividad en una ciudad como Madrid donde este bien escasea "y donde un planta alta es difícil de encontrar. Aunque las empresas también priman factores como el transporte público o los servicios", apunta, mientras insiste en el cambio de la morfología que supone para una ciudad.
Otra ciudad
Y Madrid ha cambiado. Y mucho, La Torre Kio busca inquilinos para cuando Bankia ocupe la nueva Torre Caja Madrid, comprada a Repsol en 2007 por 800 millones. Al otro extremo, en Torre Espacio, las embajadas británica, australiana y holandesa se hacen un hueco con alquileres al Grupo Villar Mir (que se ha reservado como propietario la planta 50 y que comparte con Inmobiliaria Espacio) de entre 36 y 40 euros el metro cuadrado.
Torre de Madrid, con apartamentos de lujo que miran al Palacio Real, Torres de Colón, con 102 metros o las Torres del Banco Bilbao, con 107. Desde esa altura, todos nos sentimos un poco Gekko en su despacho sobre Manhattan, o sobre Madrid. La altura, como demuestran los analistas, "es un plus".