México, 14 feb (EFECOM).- El Gobierno mexicano prevé que el Congreso apruebe en este año una reforma energética que logre obtener la mayor cantidad de respaldos políticos, afirmó hoy la secretaria de Energía, Georgina Kessel.
Desde hace una década se discute en México la posibilidad de abrir la industria petrolera a la inversión privada, pero grupos nacionalista y de izquierda se oponen, mientras que otros aseguran que Petróleos Mexicanos (Pemex) se encuentra en una situación crítica y que solo el privado puede salvar a la empresa estatal.
La funcionaria indicó en declaraciones al noticiero Primero Noticias, de la cadena Televisa, que confía en que sea concluida una propuesta de reforma para finales de marzo, aunque precisó que esta se enviará al Congreso una vez que se logren los consensos con las fuerzas políticas.
"Ojalá que podamos llegar a los consensos para que fuera en este primer periodo de sesiones", precisó la funcionaria.
Kessel indicó que es urgente contar con un marco legal para impulsar la modernización del sector y atraer inversiones para garantizar la producción de hidrocarburos.
Indicó que la reforma busca otorgar flexibilidad a Pemex para que pueda asociarse con otras empresas para "incurrir en exploración y producción en áreas que son de alta dificultad, como el caso de las aguas profundas".
"En los últimos cinco años todas las empresas van acompañadas porque comparten experiencia, comparten tecnología, comparten la parte de la administración del proyecto, el conocimiento de cómo hacerlo", indicó la funcionaria.
Recordó que la reforma energética parte de que el petróleo es y será de los mexicanos, que Pemex no se privatizará, pero que es una empresa que debe fortalecerse para impulsar el crecimiento de la industria petrolera.
Explicó que se estudian las experiencias en otros países como Cuba que permite la participación de empresas como PDVSA de Venezuela, Repsol de España, y están dos empresas canadienses, además de que firmó recientemente un convenio con Petrobras con las cuales comparte el petróleo que se encuentra.
Precisó que en México las empresas extranjeras pueden ser contratadas para la exploración y perforación, pero los costos los cubre Pemex y en caso de que no se encuentre petróleo son pérdidas y cada pozo perforado en aguas profundas cuesta unos 125 millones de dólares.
Kessel añadió que las reservas probadas en México ascienden a 15.000 millones de barriles y con el actual nivel de inversión se calcula que las reservas alcancen solo para 9,3 años.
La ministra indicó que en cambio el país tiene 55 millones de barriles de hidrocarburos como reservas prospectivas, las cuales están a una profundidad de unos siete kilómetros, tres de ellos de la superficie al fondo del mar, y otros cuatro de perforación para encontrar los yacimientos.
Explicó que Estados Unidos comenzó a perforar algunos de estos yacimientos compartidos con México y que en 2010 puede comenzar a extraer el crudo de las aguas profundas y podría darse el llamado "efecto popote (pajita)" que podría afectar las reservas de México. EFECOM.
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