Nozar, la inmobiliaria de la familia Nozaleda, en concurso de acreedores desde hace dos años, se encuentra al borde del abismo. Según han confirmado fuentes próximas a la Administración Concursal, la compañía apenas ha logrado facturar en el último ejercicio un millón de euros, lo que contrasta con los 1.373 millones que llegó a alcanzar dos años antes.
De acuerdo con los datos del Registro Mercantil y del último informe de la Administración Concursal, la sociedad suma ya números rojos por más de 700 millones de euros en los cuatro últimos años y lo peor es que la familia Nozaleda, propietaria de la empresa, no consigue vender prácticamente nada. Ni pisos ni solares.
Actualmente la matriz y siete de sus filiales, incluida la constructora Lena, están en concurso de acreedores y, según AH Auditores, la firma que se ha encargado de supervisar sus últimos estados financieros, ha expresado "una incertidumbre sobre la capacidad de la sociedad para continuar su actividad y realizar los activos (entre otros, los créditos fiscales registrados, por importe de 119 millones de euros) y liquidar sus pasivos". Son las cuentas correspondientes al ejercicio 2009, las últimas aprobadas y publicadas ya en el Registro.
Fondos propios negativos
A 31 de agosto de 2010, el grupo presentaba unos fondos propios negativos de 309 millones de euros, lo que le deja además, sin apoyo financiero, en causa de disolución. Y por si fuera poco, el fondo de maniobra (diferencia entre lo que se debe a corto plazo y los activos corrientes) se elevaba a una cifra negativa de 218 millones, el doble que un año antes.
Ante todo ello, llama la atención que en 2009, y ya en concurso de acreedores, el consejo de adminsitración recibió una remuneración de 673.000 euros, un 54% más que un año antes.
Indemnizaciones
Un portavoz de la empresa explicó a elEconomista que esto es debido a que hubo que pagar inmdenizaciones a los familiares que abandonaron el consejo. En 2008 figuraban todavía como representantes del máximo órgano ejecutivo, además del patriarca del clan, Luis Nozaleda, las hermanas Blanca y Clara María Nozaleda. Un año después quedaban sólo los dos hermanos varones: Luis Emilio y Juan Carlos Nozaleda.
Esa incertidumbre de la que habla el auditor sobre la continuidad del grupo inmobiliario se traduce también en la de un sector que no levanta cabeza. Ni se compra ni se vende. Y los Nozaleda saben mejor que nadie qué es pasar de ser la envidia de las cotizadas en bolsa a no colocar ni un piso en el mercado. De pasar de estar en la lista Forbes con una fortuna de unos 2.000 millones a estar en la lista negra. Las cuentas a las que este periódico han tenido acceso así lo demuestran.
La evolución de los activos ha pasado en sólo cuatro años (del ejercicio de 2006 a 2010) de los 3.251 millones de euros a los 1.156 millones. Las inversiones inmobiliarias se han reducido de los 5.740 millones de euros a los 2.080 millones. Además, los activos en terrenos y solares , pasaron de los 1.247 millones a los 473 millones, mientras que los anticipos para existencias se derrumbaron desde los 47 millones a sólo 922.000 euros.
No obstante, fuentes cercanas a los Nozaleda corroboran el esfuerzo de la familia para salir de este pozo. "De momento tienen tesorería para ir afrontando pagos y su intención es rescatar en la medida de lo posible a la empresa una vez superada la crisis", aseguran.