Empresas y finanzas

Los griegos hacen huelga e intentan bloquear un impuesto

ATENAS (Reuters) - Manifestantes griegos bloquearon el transporte público en Atenas el jueves y se movilizaron para interrumpir la recaudación de un impopular impuesto a la propiedad, en una creciente oleada contra las nuevas medidas de austeridad demandadas por los acreedores internacionales.

Mientras el asediado Gobierno socialista del primer ministro Giorgios Papandreu lucha por aprobar nuevos recortes en el Parlamento, los manifestantes se han fortalecido de cara a una huelga general convocada para el 19 de octubre, que se espera paralice gran parte del país.

El jueves ocuparon las imprentas de la compañía de energía griega PPC, en un intento por detener la producción de facturas de electricidad, en las que se recaudará el impuesto a las casas y otras propiedades.

"Hemos venido aquí porque no podemos permitir que se corte la electricidad a cientos de miles de ciudadanos pobres, porque eso es lo que pasará con la ley que ha votado este Gobierno", dijo Nikos Fotopoulos, presidente del sindicato GENOP-DEH, al canal Skai.

La Acrópolis, el monumento más famoso de la Grecia Antigua, cerró para el turismo por segundo día debido a que los trabajadores del servicio arqueológico prohibieron la entrada. Atenas también sufrió paros de los servicios de recogida de basura y del personal hospitalario.

Miles de conductores de autobús y personal del metro marcharon al Parlamento, furiosos por los fuertes recortes salariales y la creciente amenaza de despidos en el sector público. Pero las protestas han ido más allá de la masa de trabajadores mal remunerados.

Los abogados se negaron a presentarse ante los tribunales, los médicos tenían previsto manifestarse frente al Ministerio de Sanidad y un grupo de pacientes enfermos de cáncer de riñón marchó frente al Ministerio de Finanzas, que estaba ocupado por funcionarios en huelga.

NUEVAS MEDIDAS

Las protestas se producen mientras los líderes de la zona euro debaten un nuevo plan de rescate para evitar la bancarrota e impedir que la crisis se salga de control, con crecientes expectativas de que los bancos tendrán que asumir más pérdidas en sus tenencias de bonos.

Los prestamistas internacionales están demandando nuevas y dolorosas reformas, pero los sindicatos dicen que el ajuste sólo afecta a los pobres y a la clase media y llevará a la debilitada economía griega hacia una recesión más profunda.

"Somos muy conscientes de que esto es muy duro", dijo el jefe inspector de la Comisión Europea para Grecia, Matthias Mors, en una entrevista con el diario Kathimerini.

"Pero diría que estamos en un momento crítico, donde Grecia tiene que convencer a la comunidad internacional y a los otros miembros de la zona euro de que está dispuesta y capacitada para alcanzar los objetivos con los que se ha comprometido", agregó.

Los analistas dicen que el Gobierno de Papandreu logrará aprobar en el Parlamento un paquete con nuevas medidas de austeridad a tiempo para una cumbre de la Unión Europea el 23 de octubre. Pero el descontento está creciendo y hasta sus propios diputados están dando señales de desacuerdo.

"No tengo intención de votar contra la ley, pero nadie puede impedir que la critique", afirmó Leonidas Grigorakos, diputado del partido gobernante PASOK.

"Lo que está ocurriendo no tiene precedentes, la sociedad está en el caos, hay mucha inseguridad. Nosotros los políticos debemos decir a dónde se dirige el país", agregó.

/Por Yiorgos Karahalis y Renee Maltezou/

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