Juan David Leal
México, 27 dic (EFECOM).- México completará la liberalización del comercio agrícola con Estados Unidos y Canadá acosado por temores y dudas sobre cuál será el desempeño de su producción de maíz, azúcar, leche y fríjol, productos que perderán los últimos aranceles el próximo martes.
Desde que suscribieron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994, los tres socios han desgravado unas 1.100 partidas arancelarias agrícolas, en tanto que los cuatro productos que serán desgravados han caído de niveles cercanos al 250% a 11% en promedio, remanente que será eliminado definitivamente el 1 de enero.
Las voces en contra de liberalización plena aseguran que el país tuvo catorce años para prepararse para este día, pero se quejan de que en periodo el campo no recibió incentivos gubernamentales, tecnología ni maquinaria para competir contra EE.UU. y Canadá, que destinan millonarios subsidios para proteger a sus agricultores.
Un estudio de la Conferencia Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México indica, por ejemplo, que el subsidio anual por hectárea de maíz, el cultivo más importante del país, es de 4,5 dólares en México mientras que en EE.UU. alcanza los 125 dólares, casi 28 veces más.
Además asegura que el apoyo anual que da el Gobierno estadounidense a cada productor de maíz equivale a 21.000 dólares y en México a sólo 700 dólares.
En un editorial el diario El Universal destaca hoy que los mexicanos no pueden "ser ingenuos y solapar la asimetría en aras de una ortodoxia económica que ni siquiera los vecinos del norte respetan" porque está en juego "la vida de millones de compatriotas".
Otro documento de la Cámara de Diputados advierte que en México cuesta 79,68 dólares cultivar una hectárea de maíz, un producto al que se dedican 1,9 millones de mexicanos. En contrapartida ese coste en Estados Unidos es sólo de 19,89 dólares.
Adicionalmente se subraya que en el país latinoamericano el rendimiento de las cosechas es de 2,4 toneladas de maíz por hectárea, en tanto que en EE.UU. alcanza las 8,4 toneladas.
La Confederación Nacional Campesina ha advertido que los productores entrarán en una "grave crisis", que incluso podría hacerlos desaparecer porque EE.UU. "invadirá" todos los mercados de productos del campo.
Sin embargo, México puede haber corrido con suerte en la medida en que EE.UU. destina cada vez más superficie agrícola a la siembra de maíz amarillo para producir etanol, lo que le ha restado incentivos a la exportación y a la cosecha de otros productos como el fríjol o la caña.
El pasado 19 de diciembre la Casa Blanca aprobó una nueva ley que demanda que para 2022 los productores de gasolina utilicen al menos 136.267 millones de litros de etanol, lo que se espera aumentará aún más las cotizaciones de maíz amarillo, del que EE.UU. es el principal productor.
Por esta razón habrá más demanda de maíz blanco en EE.UU., según el secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas, lo que le permitirá a los mexicanos "seguir creciendo", según dijo recientemente.
México es ya con 23,7 millones de toneladas anuales el mayor productor mundial de maíz blanco, cultivo que ocupa ocho millones de hectáreas de su territorio.
El ministro Cárdenas aseguró además que el país latinoamericano importará este año 15% menos de maíz amarillo estadounidense, del que en 2006 compró 10 millones de toneladas.
De otra parte, la producción nacional de fríjol ocupa el segundo lugar en México, con 1,7 millones de hectáreas destinadas a esa actividad, en la que se ocupan alrededor de 300.000 productores.
El Gobierno mexicano tampoco espera que EE.UU. "inunde" al país con fríjol, y es probable incluso que México logre este año un superávit en el comercio del grano con ese país.
En leche, a la que se dedican 600.000 productores locales, México se enfrentará al mayor productor mundial.
Con sus lecheros este país abastece al 80% del mercado interno pero el resto lo debe importar.
Otro sector sobre el que se ciernen dudas es el del azúcar, donde México produjo este año 5,3 millones de toneladas de caña, pero el precio del endulzante es todavía más caro que el estadounidense.
Una posibilidad para mejorar los ingresos de los ingenios, según el Gobierno, es que generen energía o produzcan etanol de caña. EFECOM
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(con fotografías)